Romeo Aldea (Adrian Titieni), un médico que vive en una ciudad de montaña de Transilvania, ha criado a su hija Eliza (Maria Dragus) con la idea de que una vez que cumpla 18 años se marchará a estudiar y vivir en el extranjero. Su plan está a punto de tener éxito: Eliza ganó una beca para estudiar psicología en el Reino Unido. Sólo tiene que aprobar sus exámenes finales, una formalidad para una estudiante tan buena. El día antes de su primer examen escrito, Eliza es asaltada en un ataque que podría poner en peligro todo su futuro. Ahora Romeo tiene que tomar una decisión. Hay maneras de solucionar la situación, pero ninguna utilizando los principios que él, como padre, le ha enseñado a su hija.
A sus casi 50 años, Romeo hace tiempo que dejó atrás las ilusiones relacionadas con su matrimonio, ahora acabado, y su Rumanía, destrozada por los acontecimientos. Para él, todo lo importante es su hija y, tras el ataque sufrido por esta, hará todo lo que esté en su mano para que el destino que ella ha elegido, no se vea perturbado.
El rumano Cristian Mungiu, autor del guion y realizador del film, nos acerca un retrato por momentos devastador, de la situación de su país tras la caída del nefasto régimen de Ceaușescu, en el que la corrupción y el clientelismo se han convertido en parte de la vida diaria de las personas. "Si algo quieres, algo has de dar a cambio" y funcionarios y particulares de todo tipo y en cualquiera de las escalas, forman parte del círculo del que nadie escapa tarde o temprano, algo que, por otra parte, a mayor o menor escala, ocurre prácticamente en todos lados, sin ir más lejos, la película podría estar hablando perfectamente de una historia de nuestro propio país.
Por otra parte, la historia particular de Romeo y su familia, un hombre, hasta entonces íntegro, pero que llegado el momento de proteger a su hija, cae también en la dinámica del sistema, convencido de que el fin justifica los medios y de que no hay otra salida si quiere darle a la joven Eliza una oportunidad en la vida lejos de este mundo en decadencia. Ahí estará ella, plantando cara a su padre y recordándole que él y su esposa, la han educado de otra manera, enseñándola que hay valores que deben defenderse para poder levantarse cada mañana con la conciencia tranquila.
El panorama que dibujan muchas de estas películas, ya sean rumanas o de algún otro país del Este europeo, es que lo que vino después del período comunista ha resultado incluso peor.
ResponderEliminarPues sí, porque tenían muchas esperanzas puestas en los regímenes democráticos y, como bien sabemos, no es oro todo lo que reluce.
EliminarCristian Mungiu continua denunciando la situación de su país, que no ha mejorado mucho según parece desde la etapa soviética.
ResponderEliminarHan cambiado las formas, pero algunas cosas son, digamos, bastante mejorables.
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