lunes, 15 de julio de 2024

NUBES PASAJERAS

 


El conductor de tranvía Lauri (Kari Väänänen) pierde su trabajo. Poco después cierra el restaurante donde trabaja como maître su mujer Ilona (Kati Outinen). Demasiado orgullosos para solicitar el subsidio por desempleo, se esfuerzan por encontrar nuevos trabajos. Pero son completamente desafortunados y torpes: a un desastre le sigue el siguiente.


Melodrama, algunos dicen que cargado de humor negro, yo pienso que es ese humor particular de Kaurismäki, en el que el autor finlandés narra las desventuras de un matrimonio aparentemente sin esperanza. Pero se tienen el uno al otro y, al final, la esperanza abre algo más que una puerta a su futuro y al de quienes les rodean, a los que proporcionan también una salida y, sobre todo, la fe en que todo puede cambiar y que los malos tiempos son como esas nubes de tormenta a las que vemos pasar raudamente sobre nuestras cabezas.


Hay quien compara el cine de Kaurismäki con el de Bresson o Tati por esa concisión en las imágenes que bebe mucho del cine mudo, para algunos el cine con mayúsculas, todo al servicio de la imagen, con diálogos parcos e incluso esa buscada inexpresividad de los actores. Aquí tenemos todas esas constantes del cine del finlandés; su estética; las situaciones extrañas; las transiciones cortantes; los diálogos escuetos; la puesta en escena reducida a la mínima expresión; la banda sonora tan bien elegida, con esas secuencias tan evocadoras de las parejas bailando a ritmo de tango (¡cómo no!) la noche en que cierra el "Dubrovnik";  y esa certera muestra de la otra cara del estado del bienestar de nuestras sociedades occidentales deshumanizadas en las que, por fortuna, siempre queda algún soñador, algún romántico, que nos devuelve la fe en el ser humano.




4 comentarios:

  1. Independientemente del encanto de sus películas, que no discuto, al final uno tiene un poco sensación de déjà vu. Y es que observando los decorados de "Nubes pasajeras" me acabo de dar cuenta que son prácticamente iguales a los de "Fallen Leaves".

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  2. Lo malo es que, en la vida real, cuando las cosas van mal dadas económicamente, lo primero que se va al garete es el mismo matrimonio.

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