Koichi (Kôki Maeda) y Ryunosuke (Oshiro Maeda) son dos hermanos que viven separados porque sus padres están divorciados: Koichi vive con su madre Nozomi (Nene Ôtsuka) en la casa de sus abuelos en Fukuoka, y el otro con el padre, Kenji (Joe Odagiri), en Kagoshima. Sueñan con la reconciliación de sus progenitores, pero no por arreglar un matrimonio roto, sino porque cada uno quiere estar junto a su hermano. Cuando conocen la noticia de la inauguración de una línea de tren que unirá ambas ciudades, se aferran a una superstición, según la cual la energía liberada por los primeros trenes que se crucen, obrará el milagro de que se cumpla un deseo.
Koichi invita a sus dos mejores amigos, Tasuku (Ryôga Hayashi) y Makoto (Seinosuke Nagayoshi), a viajar hasta el lugar de intersección de los dos trenes y también le cuenta su plan a Ryunosuke, que invita a sus tres mejores amigos a unirse a él. Pronto los siete niños llegan al punto de encuentro de los dos trenes bala.
Hirokazu Koreeda, nos plantea una especie de aventura en forma de cuento protagonizada por niños en la que los adultos son meros acompañantes. Película quizá un poco larga para lo que vemos en pantalla, es un film lleno de sensibilidad y no exento de belleza, una lección sobre la vida desde la mirada incontaminada de unos niños.
La mirada infantil suele proporcionar muy buenos resultados en cine.
ResponderEliminarPero como todo lo que implique niños, puede ser un arma de doble filo.
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