Rachel Flax (Cher), una excéntrica y sexy madre soltera, tiene dos hijas. La mayor, Charlotte (Winona Ryder), una adolescente que se avergüenza de las extravagancias de su madre, que atraviesa un momentos confuso en su vida que la lleva a querer convertirse en monja, a pesar de que ellos son una familia judía. La pequeña, Kate (Christina Ricci), sueña con llegar a ser nadadora olímpica. Rota su última relación sentimental, como de costumbre, Rachel se muda con sus hijas a una nueva ciudad. Allí, Charlotte descubre el primer amor, y Rachel conoce a Lou Landsky (Bob Hoskins), un peculiar vendedor de zapatos.
Ambientada en los años 60, concretamente a caballo entre el 63 y 64 (el asesinato de Kennedy y el desconcierto que produjo en la población, queda reflejado en el film), estamos ante una película emotiva, con escenas muy divertidas y, por momentos, con un toque dramático.
Bien interpretada, con una Cher a la que parece que le han hecho un papel a medida; Winona demostrando ya lo que más tarde se confirmaría, que es una espléndida actriz; Cristina Ricci, una niña encantadora que, como se dice coloquialmente, está para comérsela y Hoskins realmente bien.
Es una historia de crecimiento, el de Charlotte, con las hormonas revolucionadas y de maduración, el de la madre, una mujer fuerte que, para evitar la dependencia de los hombres y que una relación fracasada la hunda en la miseria, cada vez que barrunta un problema, deja caer su dedo sobre cualquier lugar del mapa de los EE.UU., y sale por pies hacía un futuro sin ataduras sentimentales. Claro, esto, mientras las chicas son pequeñas (la menor aún lo es), se lleva más o menos bien, pero cuando empieza a afectarlas y te lo recriminan, comienzan a saltar las chispas, así que la madre tendrá que comprender que no puede seguir tratando a su hija mayor como a una niña.
Una especie de matriarcado estrafalario, por lo que cuentas.
ResponderEliminarMuy divertida.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarRecuerdo perfectamente lo que me ocurrió en aquella tarde de cine con un amigo, resulta que tenia un tipo justo detrás mía comiendo nueces, lo preocupante es que no venían peladas, las abría allí mismo... Debió de ser a la quinta o sexta nuez que ya perdí los estribos, me levante y le pegue cuatro voces (yo era mas joven y mas impulsivo...) y al momento dejo de comerlas.
Anécdotas a un lado la película es estupenda y si, a Cher le viene que ni pintada.
Saludos!
En las salas de cine nos han ocurrido tantas cosas.
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