David Mann (Dennis Weaver), un común hombre de negocios y de familia de clase media, viaja desde Los Ángeles con su coche, un Plymouth Valiant rojo de 1970, por una zona desértica y aislada al sur de los Estados Unidos, cerca de la frontera con México. Su camino le lleva de las grandes autopistas pobladas de vehículos a una carretera interestatal de doble sentido, que cruza el desierto de California. En ella, adelanta a un viejo y oxidado camión cisterna que va dejando tras de si un rastro de humo negro. Al adelantar al camión, el conductor de éste parece molestarse, aumenta la velocidad y rugiendo, le adelanta a su vez, obligándole a girar bruscamente para evitar una colisión, regresando después a su velocidad lenta, dificultando que pueda rebasarlo, y cuando el conductor del camión le hace señas para que le adelante, casi provoca un accidente con un vehículo que circula en dirección contraria.
Mann intenta aumentar la distancia entre el camión y su vehículo y cuando casi lo logra, se estrella contra la cerca de un campo, frente a un Café, donde los presentes en el lugar creen que Mann no está en sus cabales. Mann se dirige al baño y cuando se dispone a comer algo, se da cuenta de que el camión está fuera, sin su conductor, entonces empieza a sospechar de cada uno de los hombres que están presentes. Confunde a uno de ellos con el conductor, y cuando lo increpa provoca una reyerta donde él sale perdiendo; finalmente se da cuenta del error cometido.
Cuando cree haber perdido de vista al camión, lo ve de nuevo esperándole al final de un túnel.
El guión, de Richard Matheson, se basa en un relato breve de él mismo, al parecer, sobre algo que le ocurrió en realidad. La película se rodó para la televisión, siendo emitida por la cadena ABC el 13 de noviembre 1971, pero dado su enorme éxito, un año después, pasó a la pantalla grande con un metraje que se alargó de los 74 a los 90 minutos.
A pocos les está reservado un debut como el protagonizado por Steven Spielberg con esta primera incursión en la pantalla grande.
Presupuesto bajo, premura de tiempo para acabar el trabajo y una historia que si no se sabe enfocar, apenas da de sí.
Sin embargo, el director nacido en Cincinnati, poco más que un imberbe en aquel entonces, pide con este film, un lugar entre los grandes. Una historia sencilla que, como su título en inglés (Duel), indica, es un duelo entre un automóvil y y un camión oxidado, esta es toda la historia. Spielberg la adereza, o descarga su monotonía, con las imágenes del principio, que incluyen una curiosa llamada telefónica al programa de radio que escucha el protagonista y con algún pequeño interludio en cafeterías y gasolineras del recorrido. El resto es pasaje desértico bellamente fotografiado, asfalto y los dos vehículos.
Se podrá discutir si las producciones posteriores de Spielberg están mediatizadas por el dinero, si hay más de comercial que de artístico en ellas y tantas otras razones que esgrimen sus detractores, lo que queda claro tras ver una película como esta, con todas las connotaciones que tiene, es que estamos ante la llegada de un genio.
Un buen montaje, recursos exprimidos al máximo, dominio exquisito de la técnica y mucho arte en esta tarjeta de presentación de quien es ahora uno de los grandes de la historia del cine.
la tengo perdida en un DVD grabado y no la vi todavía, pero creo recordarla verla en la TV cuando era un niño... necesito verla ya! gracias por recordármela...
ResponderEliminarTambién yo la vi en la tele por primera vez, aunque no era ni mucho menos un niño, en el mítico programa de Garci "¡Qué grande es el cine!".
EliminarQue tal Trecce!
ResponderEliminarYo tambien la vi en televisión pero fue en un programa anterior al de Garci, supongo que debio de ser la primera vez que la emitian, se llamaba "Sabado cine", recuerdo que me impacto bastante. Luego con el tiempo la ves con otra perspectiva. Estupenda tu reseña e interesante toda esa información.
Saludos!
Cuando la vi por primera vez, ni siquiera sabía que era de Spielberg.
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