Mohandas Gandhi (Ben Kingsley) es un joven abogado hindú que llega a Sudáfrica contratado por una compañía y durante un viaje a Pretoria, es sacado forzosamente del tren en la estación de Pietermaritzburg por negarse a trasladarse a un vagón de tercera clase, la que le corresponde según las leyes racistas del país.
Esta experiencia le puso aún más en contacto con la realidad de la población que no tenía la piel blanca, luchando contra las leyes que discriminaban a la población hindú mediante la resistencia pasiva y la desobediencia civil, participando en la creación del Partido Indio del Congreso de Natal.
Ya en su país, sobre todo a partir de 1918, figuró como uno de los nombres destacados del movimiento nacionalista indio, continuando con su doctrina de la no violencia como medio de llegar a conseguir sus objetivos de manera pacífica.
La película está concebida como las grandes superproducciones clásicas, con una duración que supera las tres horas y gran despliegue de medios, los estupendos resultados técnicos y estéticos se vieron recompensados por el éxito de público y la obtención de 8 Oscars.
Magnífica fotografía que consigue captar toda la belleza de la luz y el paisaje de la India y una banda sonora de Pandit Ravi Shankar, quizá el más reconocido instrumentista hindú, que junto al británico George Fenton, autor de bandas sonoras de éxito para el cine y la televisión, nos ofrecen una partitura hábilmente salpicada de ritmos tradicionales de la India.
Candice Bergen, Edward Fox, John Gielgud, Trevor Howard, John Mills, Martin Sheen o Daniel Day-Lewis, son algunos de los nombres que con mayor o menor intervención en el film, componen el impresionante elenco de secundarios que arropan a las figuras protagonistas.
Pero es sin duda la brillante interpretación de Ben Kingsley la que centra la atención del espectador. No pudo debutar en el cine de manera más exitosa este actor teatral, trasladado a la gran pantalla con todo el bagaje de haber interpretado a Shakespeare durante años. El compendio de la estupenda labor de maquillaje y el propio trabajo de actor, consiguen una de las caracterizaciones más logradas de la historia del cine.
Richard Attenborough, cuya carrera como director es bastante irregular consigue aquí un gran trabajo de realización en la que es su mejor película a mi modo de ver, sin menospreciar algunos de sus otros trabajos (Un puente lejano, Grita Libertad...), pero este destila ese sabor de las grandes superproducciones de años atrás.
Una estupenda manera de acercarnos a una de las figuras señeras del pasado siglo convertido en un mito inmortal y cuyo pensamiento es reconocido y admirado en cualquier lugar del mundo. Además el film nos cuenta una parte del proceso de independencia de la India, un hecho que para el Imperio Británico marcaba el final de todo un ciclo, el del propio Imperio, pues la colonia era la joya de la corona, es cierto que muchos aspectos los trata de forma un tanto esquemática y hasta reduccionista, pero como primer paso para el aficionado a la historia, no está nada mal.
Sin ninguna duda uno de los mejores biopics llevados al cine. Attenborough da una lección de como tratar la figura de Gandhi, sin olvidar la interpretación de Kingsley. Por cierto otra gran película de este director es "El joven Churchill".
ResponderEliminarSeguramente alguna más, pero lo cierto es que alterna grandes trabajos con otros bastante por debajo.
EliminarTuvo muchos defectos Ghandi y no creo que la película refleje ni uno solo.
ResponderEliminarEl film es un tanto maniqueo. Por ejemplo, los hindúes de religión (Nehru, Gandhi...) son muy buenos y tolerantes, mientras a los dirigentes musulmanes se les pinta de una manera más intrasigente.
EliminarGandhi no se opuso al sistema de castas de forma tan tajante a como lo pinta el film, la cosa era más complicada, pero aquí tiran por el camino de enmedio y simplifican un tanto interesadamente.
Podría seguir diciendo cosas que cuenta el film y no fueron así de simples y otras que no cuenta y sucedieron, por eso digo que es reduccionista y simplificador y que no está mal como primer paso para acercarse a la historia de este hombre y el movimiento que encabezó, pero quien quiera conocer más y mejor la figura de Gandhi, deberá acudir a otras fuentes.
Uno de esos tantos, es que en realidad Gandhi no se oponía en si, a las leyes racistas de Sudáfrica.
EliminarA él solo le interesó el maltrato que SU gente (y por supuesto él) recibía. Y le parecía totalmente injusto que indios fuesen tratados "al mismo nivel" que los negros-africanos.
De resto, a él no le importó las injusticias hacia la gente negra de Sudáfrica. De hecho, participó en el bando de los invasores ingleses en la guerra contra el reino Zulu, e incitó a otros indios a hacerlo, con el fin de ganarse el beneplácito de los colonizadores.
En efecto, en la peli se ve que su interés, por así decirlo, es por la situación de la población sudafricana de origen hindú.
EliminarDe todas maneras también hay que situarse en la época, cosas que ahora nos parecen incríbles en otros tiempos eran casi habituales, recordemos que el sistema sudafricano de apartheid estuvo vigente hasta 1992.
Como película creo que está bastante bien. Pero me parece que como todo personaje, tuvo sus sombras. Hace tiempo atrás leía por ejemplo que Teresa de Calcuta, tampoco fue como para elevarla al cubo.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Supongo que tendrían sus cosillas, como todos. Quizá eso, el que sean humanos como los demás, con sus flaquezas y sus fallos, hace que las cosas ejemplares que hicieron, sean más dignas de admiración.
EliminarNo creo que sea en el cine donde se clarifiquen nuestras dudas sobre este personaje, de acuerdo con Trecce en lo de acudir a otras fuentes. La peli me resultó un poco destilada, como un zumo con poco sabor a la fruta original.
ResponderEliminarEs una película, no una hagiografía, aunque el guión está tomado de la realidad, así que quedémonos con si nos gusta o no como film y dejemos lo de la biografía de Gandhi para otro lugar.
EliminarCoincido contigo en que a la peli le falta algo, precisamente ese algo que distingue a los films de los que nos olvidamos de aquellos que permanecen en nuestra memoria.