domingo, 10 de enero de 2010

EL SÍMBOLO PERDIDO

Uno no va al cine a ver una peli de Billy Wilder (o Willy Wilder), esperando ver lo mismo que en otra de Ingmar Bergman.
Me hace "gracia" que aún haya gente que se rasgue las vestiduras ante las novelas de este ex-profesor de inglés. Dan Brown, es un escritor de novelas comerciales y que nadie se engañe cuando tenga entre sus manos uno de sus libros.
Dicho lo cual, añado que su última novela (por ahora, pues ya está recopilando información para la siguiente), aporta pocas cosas nuevas. Ha dado con una clave que le está reportando éxito y continúa fiel a ella. Se trata, como saben quienes hayan leído sus obras anteriores, de sacar a relucir leyendas y cosas verídicas del pasado e irlas encajando.
En El símbolo perdido, lo más llamativo son las cosas que escribe alrededor de la Masonería, sus costumbres y rituales y el recorrido que nos hace por algunos monumentos de Washington. Por lo demás nada nuevo para quienes ya le conocemos. Trata de dar el ritmo oportuno a la novela a base de capítulos cortos, que mantengan la atención del lector y en los que va alternando las situaciones paralelas que convergerán al final.
Una vez tanscurridas las primeras páginas, hay un momento en el que el libro se pone interesante, al menos logra picar un tanto la curiosidad, pero eso va decayendo y, sobre todo hacia la mitad de la novela, se pierde esa sensación de manera irremisible.
A partir de entonces, uno ya sabe lo que va a pasar y quién es cada cual. La impresión es que el autor se ha propuesto ir alargando la novela como sea, con un montón de disquisiciones que están de más y que lo único que logran es que se haga un poquito pesada y que uno esté deseando que se acabe y encima, sabiendo que ya nada nuevo nos espera.
En definitiva, Brown se ha documentado bien, algo habitual y que es de agradecer, pero mantiene la misma estructura que le ha dado el éxito que innegablemente tiene y encima, en este caso, el planteamiento es poco creíble, porque si las relaciones de confianza que se establecen entre los "buenos" a mitad de la novela, se hubieran establecido al principio, todo hubiera sido mucho más sencillo en la resolución del caso, vamos que es como si para que una historia resultara más larga, o para darle algún aliciente, hiciera subir al protagonista a una montaña y bajarla otra vez, sin que uno le vea justificación. En ese aspecto es muy artificial, pero no deja de ser un buen entretenimiento para la tumbona de la playa o para desconectar de otros problemas.
Y lo que añado siempre, aunque a veces no lo diga, mi mayor respeto por toda este gente que escribe y publica, a uno le pueden gustar o no las obras que escriben, pero detrás de ellas hay muchas horas de trabajo y una manera de escribir que les permite estar ahí, mientras otros nos tenemos que conformar con quedarnos aquí y eso vale para Dan Brown o para cualquier otro.


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