miércoles, 6 de enero de 2010

LOS PUENTES DE MADISON

Una historia de amor. Eso es esta película y ¿cuántas historias de amor nos ha contado el cine? Muchas. Pero esta está entre las que son otra cosa, ni empalagosa, ni sensual, ni cursi, ni tantas otras cosas que hacen que algunos huyamos de este tipo de films.
A mi, de una vez a otra que la veo, se me olvida un poco eso, que esta película no va de galanes, ni de bellas jovencitas viviendo una loca pasión, y la vuelvo a descubrir y la vuelvo a disfrutar. Los protagonistas no pueden estar más alejados de los estereotipos románticos, son gente como nosotros, un fotógrafo de National Geographic y un ama de casa de una zona rural de Estados Unidos, como podía haber sido de cualquier otro sitio, ambos bien entraditos en la madurez, cuando uno ya mira la vida por el retrovisor, pensando que las cosas buenas y agradables que le tenían a uno que ocurrir ya han pasado y que la mayor fortuna es seguir disfrutando de lo que uno tiene si es que en la vida le ha ido bien, pero que las sorpresas que quedan, en todo caso, serán enfermedades o desapariciones de seres queridos.
Y sin embargo, tras un encuentro fortuíto, ambos descubren el amor y se nos cuenta con sencillez, sin morreos, ni escenas de sexo salvaje, porque no le hacen falta para que nos sintamos transidos del amor que se nos transmite desde esas dos personas. Se nos cuenta un adulterio, al fin y al cabo, pero no lo sentimos así, porque lo que predomina es la ternura y el drama de dos seres que saben que aquello ha llegado demasiado tarde para ellos y que lo más que pueden hacer es disfrutar el momento.
La película, si nos fijamos bien, es casi una obra de teatro, los diálogos y los primeros planos es lo que predomina, las escenas de exteriores quedan magníficas, porque el paisaje y el tratamiento que se le da, quedan plásticamente muy bien, pero serían perfectamente prescindibles para el desarrollo de la historia propiamente dicha. Y es que tanto la dirección de actores, como en particular Meryl Streep, están muy bien. Meryl hace un papelazo por donde quiera que se mire, a mí me encanta en esta peli, transmitiéndonos todas y cada una de las emociones por las que va pasando su personaje. Yo me quedo con los pasajes del principio, cuando aún se están conociendo y durante la primera velada que pasan juntos, está genial en su papel de mujer madura que se ha enamorado como una quinceañera, las "tonterías" de enamorada, las caras, los gestos, todo muy bien, encantadora.
Y la dirección, maravillosa, otro gran trabajo de Eastwood, aquí ya tiene una maestría que todo lo llena. Si leeis por ahí opiniones y críticas sobre esta peli, hay una palabra que se repite una y otra vez: "Minimalista". Y es que su trabajo, en ocasiones raya en el perfeccionismo, todo está cuidado, cada plano, cada encuadre, cada gesto. A la historia ha pasado la larga escena del final, bajo la lluvia, en la que Clint llora y después cada uno en su camioneta, hacen que sintamos un nudo en la garganta, pero es que todo lo demás de la película, es de ese nivel. Es la obra de un grande.
No quiero acabar sin mencionar, por un lado, la música de Lennie Niehaus, que está muy bien y, por otro, el libro en el que está fundamentado el guión, la novela de Robert James Waller. Claro que hacía falta que no la desgraciaran, como ha ocurrido en alguna ocasión, en esta, la peli ha desbordado a la novela.


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