lunes, 20 de enero de 2020

HAROLD Y MAUDE

Harold Chasen (Bud Cort) es un joven, hijo de una familia rica, solitario y sin amigos por propia elección, vive absolutamente obsesionado con la muerte, hasta el punto de que su principal pasatiempo es escenificar métodos fingidos de suicidio, conducir coches fúnebres y asistir a funerales de gente que no conoce de nada, para exasperación y disgusto de su adinerada madre, que está decidida a que Harold sea un chico "normal", lo que incluye enviarle a terapia para tratar sus problemas y encontrarle una novia a través de un servicio de citas por ordenador.
En uno de esos funerales a los que asiste, conoce a Maude (Ruth Gordon), una bohemia octogenaria, cuyo principal entretenimiento es, precisamente, la asistencia a esos actos de personas desconocidas para ella. A diferencia de Harold, Maude está obsesionada con la vida, su propia vida para ser más precisos, ella hace lo que quiere para tratar de complacerse a sí misma, sin reparar lo más mínimo en lo que otros puedan pensar o cómo puedan verse afectados. Más que en las posesiones materiales, ella está interesada en las experiencias y como vive con total desapego de pertenencias, cuando algo le hace falta, sobre todo un automóvil, simplemente lo toma, para recordar a su dueño, dice ella, que lo que hoy está aquí, mañana puede estar allí.
Sin importarles para nada la diferencia de edad, viven entre ambos una especie de historia romántica que lleva a Harold a anunciar a su madre que se casará con Maude.
Sin embargo, Maude tiene una sorpresa para Harold que va a cambiar su vida para siempre.


El guión de Colin Higgins, adapta la tesis que el propio Higgins había escrito para sus estudios de postgrado de escritura de guiones en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) y que más adelante se publico como novela con el título de “Harold and Maude”.


Película atípica, de difícil clasificación y cargada de humor negro, en la que su director, Hal Ashby, da la vuelta al tradicional planteamiento de inconformismo juvenil y conservadurismo en la madurez. Esa es precisamente su principal originalidad. Maude, a punto de cumplir los ochenta, es una mujer superviviente de los campos de exterminio nazi, que se nos muestra como un personaje vitalista, alegre, pacifista y preocupada por defender la justicia y la libertad. Ella ha conseguido superar los tabús y está decidida a vivir feliz sin ataduras de ningún tipo, empezando por las materiales, a las que demuestra un total desapego y acabando por las normas establecidas, lo que aprovecha el film para hacer una crítica contra las instituciones que representan este orden establecido: La religión, la familia, el ejército, la policía...
La banda sonora son canciones de Cat Stevens (un par de ellas escritas para la película) y unos pocos cortes de música clásica.
La película es un canto a la libertad, al amor libre de prejuicios, a la felicidad y a la fantasía, cargada de originalidad y de momentos muy divertidos a base de un sentido del humor original y muy inteligente.




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