A una hermosa y pobre aldea de Galicia, donde habita un señor Marqués lujurioso, cazador y salvaje, llega, enviado por el tío del Marqués para que le ayude en la administración de la hacienda, un joven cura, puro y santo. El lugar es paradisíaco, la verde naturaleza y el agua cubren toda la vista, pero en el interior de esa aldea la pobreza y la ignorancia cubren igualmente toda la hermosura de sus gentes, sus animales, sus tradiciones y conversaciones. La sensibilidad del pobre sacerdote no hará más que fortalecer la corrupción del marqués, que aconsejado por el cura no dudará en casarse con una de las lindas y jóvenes primas que viven en la ciudad, en Santiago de Compostela. Pero el Marqués no escoge bien, se equivoca de esposa y provoca con su mala elección, en la que es influido por el desacertado consejo del cura, no solamente su infelicidad, sino la de todos los que le rodean. Se produce una especie de maldición que no hará más que provocar la muerte y la devastación, en los corazones y en la tierra, de los viejos y de los herederos.
Basada en la novela del mismo título y en La madre naturaleza, obras ambas de Emilla Pardo Bazán, autora gallega del siglo XIX y uno de los máximos exponentes del naturalismo literario español. La serie consta de cuatro capítulos (en un principio se pensó en seis) y está ambientada en la Galicia rural de 1880.
El realizador, Gonzalo Suárez, firma también un guión en el que intervienen Manuel Gutiérrez Aragón y Carmen Rico Godoy. Carlos Suárez es el responsable de la magnífica fotografía y como director artístico tenemos nada menos que a Gerardo Vera. La miniserie fue coproducida por TVE y la RAI italiana.
Con un reparto encabezado por Omero Antonutti, José Luis Gómez y Victoria Abril, también intervienen, entre otros, Fernando Rey, Charo López, Nacho Martínez, Chus Lampreave y una debutante Pastora Vega.
Los exteriores se rodaron en el Pazo de Gondomar, Santiago de Compostela (principalmente la Plaza del Obradoiro), Puenteareas, Tuy y El Espinar.
Retrata el atraso de las zonas rurales, en las que los caciques siguen campando por sus respetos frente a la lucha, casi perdida de antemano, de algunos intelectuales y políticos que predican el progreso y se estrellan con el muro de las arraigadas supersticiones, la Iglesia y esos caciques mencionados que, cuando no saben adaptarse a los nuevos tiempos, pierden parte del poder que detentan en beneficio de las clases emergentes, en ocasiones tan conservadoras como ellos mismos.
La serie va perdiendo vigor a medida que avanza y algunos de los personajes están llevados al extremo de caricaturas y hasta de la sobreactuación. Hermosísímas las imágenes que nos muestran la exuberante naturaleza, para mi, junto a la breve actuación de Fernando Rey, lo más conseguido de la serie en la que, de cuando en cuando, se incluye una voz en off, que nada aporta al avance o clarificación de la narración, si no es el citar párrafos de la obra original.
Interesante y bien ambientada, acierta más en la forma que en el fondo.
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