miércoles, 5 de febrero de 2014

SIETE AÑOS EN EL TIBET

Heinrich Harrer (Brad Pitt), reconocido escalador austriaco va a participar en una expedición, comandada por Peter Aufschnaiter (David Thewlis), que pretende hacer cima en el Nanga Parbat, una montaña muy atractiva para los montañeros por diversas razones que no vamos a detallar aquí y que en los años 30 del pasado siglo se había convertido en el centro de interés para los alpinistas alemanes, pues solamente los británicos tenían acceso al Everest desde el Tibet.
La expedición, como otras anteriores, fracasa en su intento, que no podrán repetir, pues al descender al campamento base, son detenidos por fuerzas británicas, ya que el Reich ha declarado la guerra a Inglaterra. Los montañeros son conducidos a un campo de prisioneros en la India, de donde Harrer intentará escapar varias veces, hasta que por fin lo consigue.
Tras diversas vicisitudes, junto a su antiguo compañero de expedición Aufschnaiter, consiguen llegar a Lasha, la ciudad capital del Tibet, donde son acogidos por un destacado ciudadano local. Con el tiempo, Harrer, es llamado por el Dalai Lama, con el que acabará teniendo una profunda amistad.


El guión se basa en el libro autobigráfico escrito por Heinrich Harrer, en el que, entre otras cosas, relata su experiencia de los siete años que pasó en el Tibet y su relación con el Dalai Lama. Además habla de su pasado nazi, un aspecto que es tratado de refilón en la película.


La película es estéticamente una delicia, con los paisajes del Himalaya como fondo, y la reconstrucción de la fascinante ciudad de Lasha, tan atractiva para los occidentales, como escenario donde se desarrolla la mayor parte de la narración.
Actuaciones correctas, con Brad Pitt en todo el esplendor de su juventud y más rubio que nunca, David Thewlis, un actor de teatro difícil de ver en la gran pantalla y la exótica belleza de Lhakpa Tsamchoe, en el papel de Pema Lhaki, la mujer cuyo amor se disputan los dos germanos.


A mi parecer, el film tiene demasiados altibajos, a veces parece que la historia se va a tornar interesante y decae de nuevo, es como si Jean-Jacques Annaud estuviera más preocupado por la estética que por el relato en sí. Lo mejor del film, sin duda, la banda sonora, una maravilla de John Williams que merece la pena disfrutar.





4 comentarios:

  1. Bueno me parece bastante entretenida, ahora como bien apuntas, la música sensacional.

    Saludos Trecce.

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  2. Como lo has dejado caer, en efecto Los "paisajes del Himalaya" .son andinos, en la frontera chileno-argentina. Cine de aventuras, chinos buenos y malos y budomanía como moda.

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