A través de la contemplación de la naturaleza, de la variedad de paisajes que ofrecen las distintas épocas del año y de las tareas que se realizan (o se realizaban) en las zonas rurales coincidiendo con las diferentes estaciones, Julia de Asensi nos acerca una serie de pintorescos relatos, en los que trata de excitar la soñadora fantasía infantil y, por medio de ella, inculcar en los niños sanas y provechosas enseñanzas.
Desde la perspectiva y la mentalidad de la época (1907), pretende instruir y deleitar a la candorosa niñez con esta colección de variados cuentos, en la voz de un anciano, rico y culto que visita periódicamente una posesión donde crecen y se instruyen dos niños a quienes ama apasionadamente y a los que relata las fábulas contenidas en el libro.
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