Cuento breve debido a la pluma de D. Juan Valera, que cuenta la historia de una niña pobre, celosa custodia de su virtud, a quien el rey ha tratado de seducir ofreciéndole beneficios sin tasa, que ella y su madre rechazan por perseguir fines deshonrosos.
Un día esta infeliz, que estaba escardando en una haza, sacó de la tierra, al revolverla con el almocafre, una muñequita muy vieja, estropeada, sucia y desnuda; pero, en vez de despreciar a la muñequita y apartarla de sí con asco, la miró con la más tierna compasión, la tomó en sus brazos; la hizo mil cariños y se la llevó a su casa. Allí la lavó y la peinó con el mayor esmero, la cosió o curó las roturas o heridas que tenía en diferentes partes de su pequeño cuerpo y la dejó como nueva. Con los harapos más limpios y vistosos que pudo hallar a mano, le hizo, por último, un vestido, si no elegante, aseado y garboso.
La muñeca exhibe propiedades maravillosas, alguna de ellas un tanto escatológica, el caso es que ese humilde muñeco, será el medio por el que un poder superior, sacará de la miseria y la postración a la humilde niña y a su madre.
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