lunes, 23 de septiembre de 2024

NADER Y SIMIN, UNA SEPARACIÓN

 


Nader (Peyman Moaadi) y Simin (Leila Hatami) son un matrimonio iraní con una hija. Simin quiere abandonar Irán en busca de una vida mejor, pero Nader desea quedarse para cuidar a su padre, que padece Alzheimer. Ella le pide el divorcio y se muda a vivir con sus padres. Nader no tiene más remedio que contratar a una mujer que cuide a su padre. Una negligencia de la asistenta provoca un conflicto de grandes dimensiones.


Mutipremiado trabajo del iraní Asghar Farhadi, realizador y guionista de un film que obtuvo en 2011 el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa, el Oso de Oro del Festival de Berlín o el Globo de Oro, entre otros galardones.


La película es, toda ella, pura metáfora de la vida en el Irán de los ayatolas y el principal mérito de Farhadi es que lo hace con una historia sencilla y clara, fácil de seguir para el espectador. Hasta la propia separación es una especie de símil con la situación de algunas personas en aquel país: Simin quiere irse al extranjero en busca de un futuro más halagüeño; Nader no lo tiene nada claro y desea seguir donde está, es como si ambos fueran caras diferentes de la misma moneda. 
Mientras la historia se desarrolla ante nuestros ojos, van desfilando las situaciones de la vida cotidiana: el sometimiento de la mujer, la sensación de inseguridad cuando uno está en las instalaciones policiales, la religión que todo lo envuelve... 
Las mentiras, los disimulos y todo lo que rodea la denuncia contra Nader, es una especie de juicio a la propia sociedad iraní en el que Farhadi no emite un veredicto, algo que deja al espectador y la escena final es buena muestra de ello. No resulta extraño que la noticia de que la película había ganado un Oscar sólo fuera mencionada una vez en la televisión iraní.




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