martes, 17 de septiembre de 2024

TIERRA

 

Galen tiene 22 años y vive en casa de su madre, Susie-Q, que está rodeada de un extenso huerto de nogales. Lo que en su día fuera una intensa y estrecha relación materno-filial, se ha transformado en una convivencia llena de ira. Galen no puede soportar ciertos comportamiento de su madre, por lo que se enfurece muy a menudo. El muchacho sufre además, una especie de complejo de profeta, seguro de que está descubriendo el camino hacia la iluminación leyendo Siddharta, El profeta, de Khalil Gibran o Juan Salvador Gaviota y también al ayuno y la meditación. De vez en cuando la tía Helen y su hija Jennifer, a quienes apoda "la mafia", vienen a visitarlos, sumando a la situación más tensiones, reproches y un riesgo adicional de carácter incestuoso.
Una excursión a la vieja cabaña familiar de vacaciones a la que acuden todos los mencionados y la abuela, que padece demencia senil en sus primeras etapas y se halla internada en una residencia, desencadena los definitivos desencuentros, por un lado, cuando Susie-Q descubre a su hijo y a su sobrina haciendo el amor y, por otro, debido a las disputas por el fideicomiso que administra la madre de Galen y del que no quiere soltar ni un dólar para que Jennifer o el propio Galen puedan pagar sus estudios universitarios.
Tras el apresurado regreso a casa, con la situación más tensa que nunca, Galen se dará cuenta de que la amenaza de su madre de denunciarle a la policía por abusar de una menor (aunque en realidad fue su prima quien lo sedujo), es real y que le puede llevar entre rejas, lo que le lleva a actuar de forma desesperada.  
Posiblemente el mayor logro de la novela de David Vann, sea no permitir que uno adivine hasta dónde llegarán los acontecimientos, haciéndonos perder el equilibrio literario mediante un relato perturbador, bien calibrado para obligarnos a seguir hasta el final.
Una novela fácil de entender, aunque no siempre sencilla de comprender.



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