Nacido en Trujillo en torno al año 1468, poco se sabe de la infancia y juventud de este personaje que sirvió en sus campañas a Gonzalo Fernández de Córdoba "El Gran Capitán.
Fue miembro de la escolta del Papa Alejandro VI, que le contrató personalmente, adquiriendo rápidamente en Italia, fama de gran espadachín y pasando al servicio del Duque de Urbino, una de las familias rivales del pontífice, después de haber dado muerte en duelo a un capitán deudo de los Borgia.
Su tiempo como soldado de fortuna quedó quedó a un lado cuando el «Gran Capitán» reclamó hombres para recuperar Cefalonia, una ciudad griega que había sido arrebatada por los turcos a la República de Venecia. Allí comenzó su leyenda como gigante de fuerzas bíblicas, pues realizó hazañas sin cuento, consiguiendo resistir a una muerte cierta a manos de los turcos gracias a su fuerza hercúlea.
Regresó de nuevo al servicio del Papá, esta vez César Borgia, el hijo de Alejandro VI, que decidió olvidar pasadas ofensas, nombrándole coronel del el ejército que participó en las tomas de Rímini, Fosara y Faenza. Poco duró antes de atender a la llamada del «Gran Capitán» para luchar en Nápoles, donde Fernández de Córdoba se valió de su bien ganada fama, para combatir a los franceses que le temían y, aunque hay dificultades para separar realidad de ficción en cuanto a las hazañas bélicas protagonizadas por él, parece confirmada su participación en las batallas de Ceriñola y de Garellano.
Como agradecimiento a sus servicios, Gonzalo Fernández de Córdoba nombró a Diego García de Paredes marqués de Colonnetta (Italia). Sin embargo, cuando el «Gran Capitán» cayó en desgracia, la defensa que hizo García de Paredes de su antiguo general le costó la pérdida del marquesado de Colonnetta y forzó su exilio voluntario de la corte.
Cuenta el propio García de Paredes lo siguiente: "De allí fue a España el Gran Capitán, que iba a dar cuenta y alcanzó al rey en cien mil ducados. Estando un día en la sala del rey muchos caballeros del rey, entre ellos hubo dos que dijeron que el Gran Capitán no daría buena cuenta de si. Yo respondí alto, que lo oyó el rey, que cualquiera que dijese que el Gran Capitán no era el mejor criado suyo y de mejores obras, que se tomase un guante que yo puse en una mesa."
Durante años, el soldado extremeño se dedicó a la piratería en el Mediterráneo, teniendo como presas favoritas a los barcos berberiscos y franceses.
En 1509, Diego García de Paredes recuperó el favor real y se unió a la campaña española para conquistar el norte de África. Durante estos años Paredes participó en el asedio de Orán, fue maestre de campo de la infantería española que el emperador de Alemania usó para atacar a la República de Venecia, y sirvió como coronel de la Liga Santa al servicio del Papa Julio II en la batalla de Rávena, entre un sinfín de gestas militares.
Con la irrupción de Carlos V en España, gran admirador de su leyenda, el extremeño acompañó al emperador por Europa, quien le nombró Caballero de la Espuela Dorada, sirviendo a este en Alemania, Flandes, Austria y en todos los conflictos acontecidos en España, desde la Guerra de los Comuneros a la conquista de Navarra.
El capitán Diego García de Paredes, llamado el "Sansón de Extremadura", a pesar de su falta de letras, escribió una Breve suma de su vida y hechos, admirable por la naturalidad con que describe sus portentosas hazañas y un estilo que, por lo descuidado, se revela espontáneo y auténtico. En esta obra, narra los hechos ocurridos desde 1507 hasta poco antes de su muerte, acaecida en 1530, y según una nota que aparece al final de la Breve suma, se debió a un accidente muy singular: "Falleció Diego García de Paredes en Bolonia, de achaque de que unos caballeros mancebos derrocaban con el pie derecho una paja de la pared, poniendo de corrida en ella el pie izquierdo; él quiso probar también, y cayó y murió de achaque de la caída."
Lo que no habían conseguido quince batallas campales y diecisiete asedios, lo alcanzó un juego infantil: matar al gigante.
Diego García de Paredes forma parte de los prohombres que en esas fechas tenía España y que nos respetaban en todo el continente europeo. Ahora, sin embargo, con la gente que rige nuestros destinos, que le vamos a hacer, ya no somos nadie y nadie pregunta por nosotros
ResponderEliminarY si preguntan, ya sabemos para qué es.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarReconozco que no estaba muy al tanto del personaje, algo había leído pero la memoria ya sabes como es. Gracias por traerlo, ando precisamente ahora con la historia de España a vueltas, la siempre tan denostada historia que muchos se empeñan en modificar a su antojo...
Siempre un placer estas entradas que nos traes, saludos!
Sí, parece que eso de amoldar la Historia a los intereses de cada cual, es lo que se lleva.
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