“Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong. El ecuador atravesaba aquellas tierras a un centenar de millas al norte, y la granja se asentaba a una altura de unos seis mil pies. Durante el día te sentías a una gran altitud, cerca del sol, las primeras horas de la mañana y las tardes eran límpidas y sosegadas y las noches frías”.
La escena real sucedió en 1931, después de que Karen Blixen, también conocida como Isak Dinesen, su pseudónimo literario, pasara 17 años en África. Nunca regresó al continente, pero supo plasmar con éxito sus recuerdos de aquellos agitados días en varios relatos, entre ellos la famosa novela Memorias de África. En 1985 Sydney Pollak fichó a Meryl Streep, Robert Redford y Klaus Maria Brandauer para protagonizar su adaptación al cine, que se llevó siete Oscar, incluido el de la recordada banda sonora de John Barry.
Karen Christentze Dinesen llegó al África oriental en 1914, hace más de 100 años, soñando con libertad y aventuras lejos del cerco familiar en su Dinamarca natal. Su objetivo era sacar adelante en Kenia una granja de café junto a su marido, el barón Bror von Blixen-Finecke, con quien se casó en Mombasa. "Lo cierto es que la región era demasiado elevada para cultivar café y había que abrirse paso a duras penas", escribió después.
El gran cazador Bror Blixen resultó ser igual de aficionado a perseguir mujeres que leones. Debido a sus líos de faldas contagió a Karen la sífilis y el matrimonio se rompió, por lo que ella se vio obligada a gestionar sola la granja. "Más tarde, cuando tuve la oportunidad de volar y contemplar mi granja a vista de pájaro, me sentí orgullosa de mi plantación de café, que tiñó de un verde brillante el grisáceo paisaje".
Aquel vuelo lo realizó junto al aventurero Denys Finch Hatton, el gran amor de su vida. El atractivo e ingenioso británico había pisado por primera vez África en 1911 y allí descubrió su pasión por los safaris y los animales salvajes. También él era un gran aficionado a la caza mayor, pero siempre regresaba a casa de Karen. "Denys Finch Hatton no tenía otro hogar en África que la granja; en ella vivía entre sus safaris, aquí tenía sus libros y su gramófono", escribió Blixen. Este último se lo regaló a Karen, y con él entraron Mozart y Beethoven. "Trajo nueva vida a la granja, se convirtió en su voz".
En 1931 Finch Hatton y su avioneta se estrellaron en la región de Tsavo, en el sur de Kenia.
La casa Mbogani, en las afueras de Nairobi, a la que Blixen se mudó en 1917 y en la que se filmaron las escenas de Memorias de África es actualmente un museo. Sólo por la vista desde allí a las eternas colinas de Ngong y un paseo por sus jardines merece la pena visitarlo. Dentro se encuentran los muebles y objetos originales y parte del atrezzo de la producción cinematográfica, entre ellos el famoso gramófono, el reloj de cuco o el vestuario (diseñado por la genial Milena Canonero) que Streep y Redford llevaron durante el rodaje.
La novela no la he leído; la película si que la he visto, y aunque no sea de mi estilo me gustó.
ResponderEliminarAbrazo Trecce.
Es una buena novela.
EliminarNo conozco ni la novela, ni la película, así que no puedo juzgarla. Pero por lo que cuentas, parece interesante. Habrá que hacerse con ella.
ResponderEliminarLa película es muy bonita y ver actuar a Meryl Streep y Robert Redford, es siempre un gusto.
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