jueves, 1 de diciembre de 2016

DOS HOMBRES Y UN DESTINO

La banda de Butch Cassidy (Paul Newman) y Sundance Kid (Robert Redford) está causando estragos por todo el estado de Wyoming. Su actividad no se centra solo en los bancos, el tren-correo de la Union Pacific es atracado tanto a la ida, como al regreso. Cuando la Ley y los cazarrecompensas comienzan a atosigar a los forajidos, Butch y Sundance deciden poner pies en polvorosa y huir del país.
La acción se desarrolla durante el cambio de siglo (del XIX al XX) y tiene como protagonistas a Robert LeRoy Parker y Harry Longabaugh, más conocidos por sus alias, Butch Cassidy y Sundance Kid, socios y posiblemente los proscritos más renombrados de la zona. A pesar de ser dos bandidos, son vistos como un dúo afable por quienes les conocen, incluso por muchos de sus llamados adversarios.
Tras uno de sus asaltos al tren, la pareja (no la banda al completo), es perseguida por un grupo de jinetes y encuentran la ayuda de una maestra, Etta Place (Katharine Ross), que es oficialmente la novia de Sundance. Los tres forman un peculiar triángulo. Tal y como se están poniendo las cosas para ellos, deciden que ha llegado el momento de poner tierra de por medio y, tras una breve estancia en Nueva York, se embarcan rumbo a Bolivia. Allí obtienen su primer trabajo honesto como guardias de nómina en una mina, dirigida por un estadounidense, llamado Percy Garris (Strother Martin). Sin embargo, en su primer día de trabajo, son atacados por bandoleros. Garris es asesinado, y Butch y Sundance se ven obligados a matar a los ladrones bolivianos.


Sobre una historia real de dos bandidos que asaltaban bancos y trenes, William Goldman escribió un guión en el que quitaba y ponía, alteraba o simplemente cambiaba totalmente lo que de verdad ocurrió con estos dos personajes, para crear dos figuras mitificadas.
Con dificultades para que ningún estudio adquiriese los derechos, al final fue Richard D. Zanuck el que lo hizo, por el doble de la cantidad que sus estudios habían autorizado.
La elección de Newman para uno de los papeles protagonistas, estuvo clara desde el inicio y entre unos cuantos candidatos, por unas u otras razones, al final se eligió a Redford para el otro papel, entonces era una estrella emergente y juntos formaron una de las parejas más míticas del cine. En aquellos años eran dos auténticos sex-symbol y lo cierto es que buena parte del éxito del film, reposa en su tremendo trabajo y esa química que destila la relación entre ambos.


El resto, que no es poco, el guión de Goldman, con un perfecto equilibrio entre western y comedia y con algunos diálogos realmente ingeniosos.
Bajo la dirección acertada de George Roy Hill, que consigue darle el ritmo acertado, el resto queda en un segundo plano, a pesar de que hay muchas más cosas interesantes, desde la participación de la mítica Edith Head en el diseño de vestuario, hasta la portentosa fotografía de Conrad Hall, retratando de maravilla esos espacios abiertos tan típicos del cine del oeste y las comentadas imágenes en sepia para el inicio, la transición central y el magnífico final.


Con el transcurso de los años, la película se ha convertido en uno de los films más reconocidos, con ese fondo de enaltecimiento de la amistad y camaradería, en el que los dos protagonistas piensan en todas la salidas posibles para salir del atolladero en que están metidos, excepto en la que sería más fácil: separarse. Eso no entra en sus cálculos y cuando ya están mal heridos, al final, incluso hablan de seguir juntos en Australia.
La película tiene de todo, tiroteos, persecución a caballo por esas zonas semidesérticas y pedregosas tan del western, asaltos a bancos y trenes y, sobre todo, mucho humor.
Para el recuerdo, la famosa escena de Katharine Ross y Newman, con éste haciendo equilibrios en la bicicleta, al son de la increíble "Raindrops Keep Fallin' on My Head" que Burt Bacharach nos regaló para la posteridad.




6 comentarios:

  1. La he visto varias veces, la última hará unas dos semanas en la tele, en una cadena de esas raras. Me gustó.

    Abrazo Trecce.

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  2. No está mal pero nunca me pareció para tanto bombo, tal vez si la viera ahora pudiera encontrarle otros aspectos que no tuve en cuenta entonces

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    1. Hay películas que a uno no le gustan, por más consideradas que estén.

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  3. La última escena, esa del ejército boliviano, se me quedó a fuego en la mente, aunque...ahora que la comentas. Tengo que volverla a ver

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  4. La verdad es que la peli, más entretenimiento que otra cosa, está muy bien hecha.

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