miércoles, 27 de mayo de 2015

LA SEÑORA MINIVER

La familia Miniver, compuesta por el matrimonio y tres hijos, pertenece a la clase media acomodada que vive en los alrededores de Londres, tienen una bonita casa en la campiña a orillas del Támesis, con embarcadero propio.
Mrs. Miniver (Greer Garson) es ama de casa, y disfruta haciendo compras de cosas caras, aunque después le remuerde la conciencia, pero como ella dice, le gusta vestir bien y las cosas buenas tienen su precio.
Clem Miniver (Walter Pidgeon), es arquitecto de cierto éxito, acaba de encargar un coche nuevo y también siente remordimiento por el gasto que le va suponer a la economía familiar.
El hijo mayor, Vin (Richard Ney), estudiante en Oxford, regresa de vacaciones y durante su estancia en el hogar familiar, reciben la visita de Carol Beldon (Teresa Wright), sobrina de Lady Beldon (Dame May Whitty), una aristócrata local. Ambos jóvenes comenzarán una relación que Lady Beldon no acaba de ver con buenos ojos debido a la diferencia de clase entre ambos.
El estallido de la guerra, cambiará la vida de todos ellos, comenzando por los más jóvenes, pues Vin se alista en las fuerzas aéreas y acelera los trámites para casarse con Carol; quieren vivir su momento por si llegaran tiempos peores.


Jan Struther, el nombre por el que era conocida la escritora inglesa Joyce Anstruther, había publicado a principios de los años 30 del pasado siglo, una serie de artículos para la revista Punch que llamaron la atención en el diario The Times, que le ofreció escribir una serie de trabajos sobre una mujer que podríamos llamar del montón, que llevara una vida normal, como le dijo Peter Fleming a la autora: una mujer como tú.
Jan Struther creó el personaje de la señora Miniver, que se transformó en un gran éxito, los trabajos fueron recopilados en un libro que se publicó en 1939, con el título de Mrs. Miniver.
En los artículos se habla, entre otras cosas, de la posibilidad de una guerra en la que podría verse involucrada Inglaterra, pero sólo el último de los que aparecen en la publicación fue escrito cuando Gran Bretaña había declarado la guerra a Alemania.
Estos artículos son los que sirven de base al guión de la película.


Aunque el film, en su presentación y primeros diálogos, subraya la condición de clase media de la familia, en el libro su estatus es algo más elevado y algunos de los detalles que vemos en la película, aún denotan que aquella gente está un peldaño por encima de lo que se podría considerar clase media estándar: tienen una casa al lado del Támesis con embarcadero propio, el coche que compra el sr. Miniver, no es precisamente un coche de serie, la casa cuenta con, al menos, dos sirvientas...
Por lo demás, el espíritu de los escritos de Struther, está bastante bien conseguido, una familia feliz, con un matrimonio que también lo es, que se preocupa por la economía familiar, pero que tampoco pasa agobios y que puede disponer de un nada desdeñable catálogo de comodidades, una cierta preocupación social que le aleja del estándar de las familias tradicionalmente conservadoras, pero todo ello dentro de unos parámetros totalmente convencionales.


Magníficamente interpretada, con una Greer Garson que, al tiempo que nos resulta encantadora, hace un tremendo trabajo, muy convincente y que sostiene casi todo el peso de la historia.
Quiero citar a un par de secundarios que logran también una excelente interpretación y que resultan de lo más conmovedores y atractivos por diferentes motivos: Dame May Whitty, interpretando a la vieja aristócrata, altiva y gruñona, pero con un corazón de oro en el fondo de su ser y el jefe de estación, Henry Travers, un tipo entrañable donde los haya, apasionado del cultivo de rosas, que pone el nombre de Señora Míniver a su última creación que le llevará a conseguir el premio en el concurso local de floricultura. Son muy divertidas las secuencias que protagoniza en el campanario de la Iglesia.
Hay algunas escenas de gran calidad, entre las que me han gustado especialmente aquella en la que se ven cientos de pequeñas naves de recreo y de pesca en el Támesis, que van a cruzar el Canal para participar en la conocida como Operación Dynamo que repatriará a los soldado británicos atrapados en Dunkerque. También muy emotivas las escenas que presentan a la familia en el refugio antiaéreo, soportando los bombardeos de la Luftwaffe, mientras la señora Miniver lee a los niños los cuentos de Lewis Carroll.


William Wyler era judío, nacido en Alemania y estaba muy preocupado por el desarrollo de los acontecimientos en Europa y la reticencia de EE.UU. para entrar en el conflicto, así que hizo este film con el principal objetivo de llamar la atención de la opinión pública norteamericana. Lo consiguió, la película se convirtió en un éxito de taquilla y fue recompensada con 6 Oscar, incluyendo mejor película, director y actriz (Greer Garson).
El film llega al espectador gracias a un buen guión, a unas buenas interpretaciones y a un director que consigue atraparnos con una historia sencilla, trufada de estupendos detalles de humor que arrancan la sonrisa del espectador. A pesar del ambiente en que se desarrolla y de la tragedia final, resulta una película amable, nada agresiva, ni siquiera se habla contra Alemania a lo largo de toda ella, sin embargo, el mensaje contra los nazis es demoledor sin necesidad de acudir a esos recursos.
Un film muy elegante, quizá algo pasteloso en algunos momentos, pero hasta eso nos hace gracia y nos cae bien gracias a la maestría de Wyler.




6 comentarios:

  1. Tengo un recuerdo magnífico de esta película... Me encanta.

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  2. La vi de pequeña y me gustó muchísimo, aunque nunca más he vuelto a verla.

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    1. Es una película deliciosa, si tienes oportunidad, merece la pena que vuelvas a verla.

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  3. Hace muchos años que la vi,prácticamente la tenía en el olvido.

    Saludos Trecce.

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