Escrita por el ruso Yevgeni Zamiatin entre 1919 y 1921, y publicada por primera vez en Inglaterra en 1924, nos habla sobre una sociedad futura donde la opresión y la represión por parte de la clase dirigente sobre las demás es total. Considerada una de las primeras (si no la primera) distopías literarias, inspiró en muchos aspectos a la famosa «1984» de George Orwell, según reconoció el propio autor británico. También Aldous Huxley declaró su admiración por Zamiatin.
En el Estado Único que describe la novela, la vida de los ciudadanos es regida por un sistema cerrado que, no solo determina sus horas de trabajo, sino prácticamente toda su existencia. Su protagonista y narrador, D-503, es el ingeniero responsable de la construcción del «Integral», la nave que llevará su civilización a otros planetas. Los lugares donde habita la gente (llamémosle casas para entendernos), son completamente transparentes y las cortinas que les aíslan del exterior únicamente pueden cerrarse para mantener sexo, que también está reglado y para el que hay que tener autorización.
Como en otras distopías, existe fuera del «Muro verde» que rodea este mundo «civilizado», una especie de mundo primitivo, seres humanos que viven como sus antepasados fuera de la rigidez del Estado Único y el protagonista se verá tentado de participar en una revolución que pretende derribar las barreras y al propio Estado. Será una mujer (I-330), de la que se enamora, quien se encargará de introducirle en los misterios de la libertad, algo que, por otra parte, los habitantes del Estado Único no ansían, todo lo contrario, se sienten felices de que su vida esté programada y de que los «Protectores», velen por ellos.
Por supuesto, a las autoridades soviéticas no les gustó en absoluto el libro y hasta 1988 no vio la luz la primera edición en ruso, el idioma en que había sido escrito.
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