En el siglo XII, al finalizar la 3ª Cruzada para la liberación de Tierra Santa, un caballero sajón llamado Wilfrido de Ivanhoe (Robert Taylor), emprendió una nueva cruzada por cuenta propia. El valeroso rey de Inglaterra, Ricardo Corazón de León (Norman Wooland), había desaparecido durante su marcha de regreso al reino, desvaneciéndose sin dejar rastro. Su desaparición asestó un duro golpe a su desventurado país, agitado a la sazón por la enconada rivalidad entre sajones y normandos. Con el tiempo, la mayoría de sus súbditos llegó a llorarle por muerto, pero Ivanhoe, firme en la creencia de que su rey seguía con vida, dedicose a una tenaz búsqueda de castillo en castillo, que finalmente le llevó a Austria.
Ricardo es prisionero del duque Leopoldo de Austria, que exige un rescate de 150.000 marcos, una condición que es conocida por Juan sin Tierra (Guy Rolfe), hermano de Ricardo y regente del Reino, que no quiere pagar para seguir en el trono, además hace correr el rumor de que Ricardo ha muerto.
Ivanhoe, decide reunir como sea el rescate, para lo que solicita el apoyo de la comunidad judía de Inglaterra. Enterado de estos movimientos el monarca, ordena que tanto Ivanhoe, como aquellos que le ayudan en su pretensión, sean detenidos.
Adaptación de la novela de Sir Walter Scott que, como en otros de sus trabajos, buscaba otras cosas por encima de la realidad histórica, por lo que el relato está lleno de inexactitudes históricas, comenzando por el enfrentamiento que plasma entre sajones y normandos, ya superado en la época, hasta el retrato que hace de ambos monarcas, el legítimo y el regente, que no se ajusta demasiado a la realidad. Todo ello no entorpece la calidad literaria de la novela y lo emocionante de la acción.
Con música del maestro Miklós Rózsa, apartado por el que fue nominada al Oscar, el film tiene el encanto del technicolor, con esa saturación tan característica del color y algunos planos realmente conseguidos, en los que Richard Thorpe demuestra su sobrado conocimiento del oficio.
La película, aparte de los diálogos, grandilocuentes y con ese peculiar lenguaje caballeresco de la Edad Media, se desarrolla alrededor de tres grandes momentos: El torneo de Ashby, el asalto al castillo de Torquilstone y el enfrentamiento en "Juicio de Dios" de Bois-Gilbert (George Sanders) e Ivanhoe.
Con un reparto estelar para la época en el que aparecen, aparte de los ya mencionados, dos bellezas del momento como eran Joan Fontaine y una guapísima Elizabeth Taylor.
La película tiene como fondo una bella historia de amor, con un triángulo formado por el protagonista y las actrices mencionadas, pero es sobre todo, una trepidante película de aventuras, llena de épica, con espléndidos duelos y torneos, de aquellas que hacían nuestras delicias en la infancia y que hoy, al verla con otros ojos, contemplamos con más ternura que admiración.
Un clásico que no me aburre nunca... Qué grandes películas de aventuras se hacían antes.
ResponderEliminarEs cierto.
EliminarMuy entretenida, y que bueno que hagas entradas con películas de estas, ya que hasta los que las hemos visto, las tenemos un poco en el olvido.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Son verdaderos clásicos.
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