Tres historias sobre el placer. La primera trata sobre un hombre que oculta su edad tras una máscara para seguir yendo a bailes, fascinado por las mujeres (el placer y la juventud). Luego viene la larga historia de Julia Tellier (Madeleine Renaud), que lleva a las chicas de su burdel al campo para asistir a la comunión de su sobrina (el placer y la pureza). Y por último, Jean (Daniel Gélin), el pintor, se enamora de su modelo (el placer y la muerte).
Basada en tres cuentos de Guy de Maupassant, Max Ophüls reúne a un elenco de estrellas del cine francés del momento para lo que algunos consideran el mejor traslado a la pantalla de una obra del insigne escritor francés.
El realizador germano aporta su asombrosa destreza visual y su habilidad para la narración a este tríptico de relatos sobre los límites del placer espiritual y físico, contraponiendo en cada caso, la felicidad y el sufrimiento.
Con delicados movimientos de cámara, exquisitos travellings horizontales y verticales, imágenes veladas del burdel, en el que nunca penetra la cámara y cuyo interior vemos a través de las contraventanas. Una película que se convierte en una maravilla que mezcla a la perfección literatura y calidad visual con unas composiciones y una ambientación cuidadas al detalle.




Ya no hacen películas así. Un beso
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