Beau (Gary Cooper), John (Ray Milland) y Digby Geste (Robert Preston), son tres hermanos inseparables, siempre en busca de aventuras a través de sus juegos infantiles, en los que recrean grandes empresas épicas. Son huérfanos y viven en Brandon Abbas junto a su propietaria, Lady Patricia Brandon (Heather Thatcher), allí habitan también también otra huérfana, Isobel Rivers (Susan Hayward), y el primo Augustus Brandon (G.P. Huntley).
El dinero de los Brandon se va agotando y un buen día, Sir Héctor, que siempre está ausente, envía un telegrama anunciando su próxima visita que no tiene otro objeto que vender el último vestigio de la fortuna familiar, un enorme zafiro llamado "Blue Water".
Ante tal noticia, Beau, John, Digby, Isobel y August, le piden a la tía Pat que les deje ver la piedra por última vez.
Cuando la están admirando, se va la luz de la casa y al volver, el zafiro ha desaparecido. La tía da de plazo al autor del robo la noche siguiente para que reintegre lo robado en el cofrecito donde estaba que queda abierto sobre la mesa del salón, de lo contrario, a la mañana siguiente, dará aviso a la policía.
Durante la noche, Beau desaparece de la casa dejando una nota en la que se autoinculpa del robo. Digby, sospechando que su hermano se habrá alistado en la Legión Extranjera, sigue sus pasos con el mismo ritual previo de dejar una nota proclamándose autor del robo. John no tarda en imitar a sus dos hermanos. Los tres se reúnen en el norte de África y tras acabar el periodo de instrucción, Beau y John son destinados al fuerte Zinderneuf, donde tendrán que soportar al sádico sargento Markoff (Brian Donlevy).
Basado en la obra más popular del militar y escritor británico Percival Christopher Wren, un hombre que había servido en la Legión Extranjera Francesa, además de en el Ejército Colonial Británico y que por lo tanto conocía bien el terreno y la ambientación en que está enmarcada la novela.
Con uno de los inicios más perturbadores del cine, en el que Henri de Beaujolais (James Stephenson), al frente de una columna de rescate, llega al fuerte Zinderneuf y se encuentra con que aparentemente no quedan supervivientes al ataque de los tuaregs del desierto sahariano.
Con una magnífica dirección de William A. Wellman y un excelente trabajo de actores bastante conocidos en el que incluimos la buena interpretación de un secundario con un papel muy importante como es Brian Donlevy, dando vida al cruel sargento Markoff.
El film se beneficia también de la excelente partitura de Alfred Newman.
Con elementos cómicos que equilibran de forma mesurada los pasajes amargos de la historia, es sobre todo una película de aventuras emocionante, épica y muy bien narrada.
A final, los sueños de juventud acaban de manera trágica enterrados en las dunas del desierto, pero perviven la fuerza del honor, el afán de entrega por el hermano y camarada al que se le tributa la despedida del funeral vikingo, en la escena más emotiva de la película, un relato en el que no se esconde la dureza de la realidad personificada en el sargento cruel y ambicioso, un tipo frío y despreciable, pero como dice uno de los hermanos, lo tiene todo para ser un buen soldado.
El film sigue conservando en la actualidad toda la fuerza del mejor cine de aventuras, esta vez, además, asentado en un excelente guión.
La vi compañero, gracias por traer otra buena película para recordarla.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Esta la hemos visto muchos.
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