martes, 22 de abril de 2014

IMPERIO (STEVEN SAYLOR)

Tras el éxito de su novela Roma, en la que Steven Saylor hace un recorrido por los 1.000 primero años de la ciudad del Tíber, el autor nos presenta esta especie de continuación en la cual, de la mano de la familia Pinario, también protagonista de la primera entrega, nos adentramos en los entresijos de la época dorada del Imperio, desde la muerte del divino Augusto hasta Antonino Pío, aproximadamente 150 años en la historia de la entonces capital del mundo civilizado.
La novela sigue centrada en la propia ciudad y lo que se nos cuenta de otros lugares es a modo de referencias.
El periodo tratado presenta al novelista un peculiar problema, pues si bien en la novela anterior, las fuentes son mucho más limitadas, son mucho más ricas en la variedad de personajes y situaciones, sin embargo en la época del Imperio, todo está referido al emperador de turno. La historia de Roma se convierte en la historia de sus emperadores. Teniendo en cuenta que Saylor lo que pretende, por encima de otras consideraciones, es mostrarnos la vida de la calle y de la gente, esta situación supone una cortapisa. Para obras que se centran en la figura de los emperadores, como el "Yo, Claudio" de Graves o las "Memorias de Adriano" de Yourcenar, la cosa pinta bien, pero cuando pretendes retratar la vida de las familias, las clases pudientes, el pueblo, la milicia, etc., te encuentras con que hay menos documentación sobre esos aspectos, la totalidad del poder se concentra en muy pocas personas y alrededor de sus vidas giran los tratados de la época, ya no hay un Escipión, ni unos hermanos Graco, ni un Espartaco; los consulados son cargos nominales igual que otros muchos y quienes los ejercen carecen de relevancia por sus propios méritos.
Saylor ha ido entresacando cosas de los escritos históricos de Suetonio, Tácito, los Plinio, Flavio Josefo; pero también de las obras de Virgilio, Horacio, Ovidio, Petronio, Séneca, Lucano, Quintiliano, Marcial y Juvenal, hallando en los poemas y obras dramáticas abundantes detalles e imágenes de la vida diaria.
El conjunto es una novela muy bien escrita, dinámica, intrigante en algunos pasajes y de lectura amena. Desde luego, para los no versados, es una magnífica oportunidad de adentrarse en el mundo de la Roma imperial, conocer cómo se vivia o como se sobrevivía, sobre todo en los periodos de incertidumbre y peligro real que supusieron los que transcurrían bajo el mandato de alguno de los emperadores, verdaderos paranoicos, como Domiciano, Nerón o Calígula.
A mí me ha gustado incluso más que la anterior novela, quizá porque ya sabía lo que quiere transmitirnos el autor y estaba más preparado y predispuesto para disfrutarlo.




4 comentarios:

  1. Pues mira que esta no la he leído, precisamente por la impresión que me dejó "Roma".

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  2. Vamos, que este autor prescinde totalmente de la intrahistoria de Roma. Es que es más fácil encontrar documentación sobre los emperadores que sobre la vida cotidiana de los antiguos romanos.

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    1. Más bien lo que le ocurre es que ha tenido más dificultad en encontrar documentación sobre lo que interesa, que es la vida cotidiana de Roma y ha debido recurrir a fuentes que no son las habituales.

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