Marlo (Charlize Theron), madre de dos hijos, está embarazada de un tercer bebé no planificado.
Su hijo Jonah (Asher Miles Fallica) tiene un trastorno del desarrollo que los médicos no han sabido diagnosticar y, como terapia, Marlo usa el Protocolo de Wilbarger, lo que implica, entre otras cosas cepillar su piel periódicamente, en un intento de reducir su sensibilidad.
Cuando Marlo y su esposo, Drew (Ron Livingston), visitan la casa del rico hermano de ella, Craig (Mark Duplass) a la que han sido invitados a cenar, él ofrece como regalo de bienvenida al nuevo bebé, correr con los gastos de una niñera de noche que ayude a Marlo ahora que el trabajo se le va a acumular, oferta que Marlo rechaza de plano.
En las fechas previstas, Marlo da a luz a una niña a la que pone por nombre Mia, y rápidamente se siente abrumada y agotada. Por si fuera poco, Laurie (Gameela Wright), la directora del colegio al que acude Jonah, con buena intención, sugiere que el niño sea cambiado de escuela, aunque Marlo lo toma mal, se enfada y se empeña en que la directora tiene manía al niño y cree que es un retrasado. Mientras, en casa, empieza con su rutina diaria de extracción de leche materna, cambio de pañales y cuidado del bebé cada vez que llora.Con todos estos acontecimientos, Marlo se descompone, se siente agotada y abrumada y recupera la información que tenía para contactar con la niñera nocturna.
Magníficamente interpretada por Charlize Theron, bien secundada por Mackenzie Davis, que interpreta a Tully, la niñera que ayuda a la reciente mamá.
La película incluye breves cortes de muchas canciones conocidas de los últimos años y logra sumergirnos, por medio de un conseguido y arriesgado montaje en el mundo agobiante en el que se ve inmersa Marlo, superada por los acontecimientos domésticos.
El guión es de Diablo Cody (seudónimo de Brook Busey-Hunt), ganadora de un Oscar al Mejor Guión Original (2007) por Juno.
Comedia dramática que reflexiona sobre la maternidad, la familia, el paso del tiempo y el papel de la mujer en la sociedad occidental actual.
Marlo es un prototipo de mujer preparada, con trabajo y familia estable. Las mujeres, hablando en términos generales y con todas las excepciones que se le quieran poner, han conseguido un cierto estatus de libertad e igualdad dentro de la sociedad de clase media en los países de occidente, sin embargo, cuando llega el momento de ser madres, es como si descubrieran que aquello no deja de ser una ilusión, el vínculo con el nuevo ser acarrea satisfacciones, pero también unos cuantos problemas, su vida cambia radicalmente. Una metáfora de lo que ocurre se encierra en una de las reflexiones de Tully: Fabricar un nuevo ser, implica que, cuando nazca, sus células seguirán moviéndose dentro de tu cuerpo un montón de tiempo. El bebé crecerá y tendrá su propia vida, pero sus células seguirán dentro de ti por un largo periodo.
La película también plantea el tema de la insatisfacción, tan de nuestras sociedades avanzadas. Es importante fijarse en lo que Marlo ve la televisión cuando está sola, un reality sobre gigolós. Sueña con lo que fue y ya no es, una chica que, como dice ella, montó a todos los caballos y su sueño es tener una vida de aventura, con un tipo al lado que sea apuesto, atento y que la satisfaga en la cama. A cambio de esto, ¿qué tiene?, un tipo normal, incluso algo soso, que atiende a sus obligaciones familiares, ayuda a los niños con sus deberes, cocina con ella, es buena persona, la quiere y juega a la Play-Station en la cama.
La vida de película, de teleserie, no existe en la realidad y Tully trata de hacer ver a Marlo que tiene lo que mucha gente desea, esa rutina plácida por un lado, llena de problemas cotidianos, por otro, pero que cuando la vida nos viene torcida y nos arrea un buen sopapo, echamos de menos y tomamos conciencia de lo que teníamos y se nos ha ido.
El guión contiene buenos diálogos y nos depara una sorpresa, cuando al final de la película casamos las piezas y descubrimos que lo que nos han contado es un cuento (en el buen sentido de la palabra), la historia de lo que Marlo querría que fuera y no es, pero que la lleva a apreciar lo que tiene, aunque ello suponga renunciar al sueño del que despierta.
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