En la soledad del claustro de un antiguo convento cercano a Santiago, Luis va a desvelar a su amigo Pedro los secretos de su existencia, el amor apasionado por una mujer, Berenice, que tras planear con él un futuro juntos, desaparece de su vida para casarse con un rico norteamericano y recorrer el mundo junto a él. Es el matrimonio que le ha concertado su padre, pero Berenice no demuestra hacerle ascos a su nueva vida, mientras Pedro entrará en una espiral que le lleva a la desesperación.
En su vida se cruza Esmeralda, casi una niña, una pastorcilla de familia humilde a la que, cuando muere su madre, recoge un sacerdote que compra unas cabras y unas ovejas para que la muchacha cuide el rebaño. Esmeralda siente verdadera adoración por Luis, pero este, que no puede deshacerse del recuerdo de Berenice, la rechaza una y otra vez, hasta que decide aclarar su situación frente a la muchacha y le explica con actos y lenguaje que no deja lugar a equívocos, que no puede amarla y que su corazón es de Berenice.
Esmeralda morirá por la pena que le produce el rechazo de Luis, que se siente culpable en parte, pero sin poder olvidar a Berenice. El agobio espiritual que vive, le llevará a la locura.
Este es el sencillo argumento del libro que podría ser desarrollado en breves líneas, pero Rosalía hace del relato una novela breve plagada de descripciones y envuelta en un lenguaje poético que convierte su lectura una verdadera delicia.
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