Estamos en 1787, el buque HMS Bounty, de la Armada Británica, parte del puerto de Portsmouth con destino a Tahití, donde deberá cargar plantones del árbol del pan y llevarlos a las colonias británicas de América, con el objetivo de obtener de ellos, una vez crezcan, comida para los esclavos.
Al mando del buque está el severo capitán Bligh (Charles Laughton), su trato inhumano y cruel con la tripulación acaba convirtiendo la situación en un barril de pólvora que acabará con el amotinamiento de parte de la tripulación, encabezada por el segundo de a bordo, el primer oficial Fletcher Christian (Clark Gable).
El capitán Bligh y quienes le apoyan, son reducidos y embarcados en un bote con comida y agua, abandonados a la ventura del océano. En tanto, La Bounty se dirige de vuelta a las costas de Tahiti.
¿Cuántas veces habremos visto esta peli, o la de Milestone de 1962 en la tele? Típico film de aventuras para la tarde del sábado, clásico entre los clásicos y del que nunca nos cansamos, por más que nos sabemos la historia del motín de La Bounty de memoria.
De nuevo gozamos de una magistral interpretación de Charles Laughton; el capitán Bligh es uno de los villanos más repulsivos que encontramos en la filmografía y buena parte de ese rechazo que nos produce es a causa de la genialidad de su intérprete que, además y para que disfrutemos más de su trabajo, está infinitamente menos histriónico de lo que en él suele ser habitual.
A su lado, un Clark Gable en un gran momento, seguramente en una de sus mejores interpretaciones y un elenco de secundarios que están maravillosos todos ellos, desde los que disfrutan de más minutos de metraje (Franchot Tone o Herbert Mundin, por ejemplo), hasta el último de los marineros/rufianes que componen la sufrida tripulación.
El realizador, Fran Lloyd, consigue un trabajo bastante equilibrado a base de una dirección al estilo clásico, narrando los acontecimientos con buen ritmo, con un guión que contrapesa el drama y la tensión con sus bien dosificadas gotitas de humor, sobre todo de la mano de los personajes del cocinero o del borrachín médico de a bordo.
El film adapta algunos capítulos de la novela de Charles Nordhoff y James Norman Hall "Mutiny on the Bounty", basada, a su vez, en hechos reales que supusieron un cambio en la relación entre oficiales y marinería en los buques británicos, en los que, hasta aquel momento, eran tratados como gente sin derechos, prácticamente esclavos y dependiendo el mejor o peor trato del albedrío del capitán de turno.
La película aprovecha muy bien estas cuestiones, para estudiar las relaciones humanas, los conflictos y sus causas, provocados por esta situación de sumisión casi absoluta a la oficialidad y por la convivencia en ese mundo reducido de la embarcación a lo largo de días interminables.
El film condena las situaciones de injusticia, el abuso de poder, el trato inhumano a los subordinados, la corrupción, las vejaciones físicas y psicológicas, el menosprecio a los semejantes de inferior condición... Y por contra, enaltece la camaradería, el respeto al prójimo, la justicia, la libertad...
Ambos personajes principales (los interpretados por Laughton y Gable), representan esos valores contrapuestos, pero también lo hacen los dos mundos representados por el buque británico y la isla de Tahití y sus moradores.
El film obtuvo el Oscar a la mejor película y además de otras virtudes, resulta un film entretenido.
Gracias por recordarla, ya que hace mucho años que la vi. Está muy entretenida, y creo que con un buen reparto.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Del buen cine, siempre nos acordamos, aunque haga años que no hayamos visto la peli.
EliminarMe gusta esta película. Efectivamente es todo un clásico y la actuación de Clark Gable también creo que es de las mejores.
ResponderEliminarGable luciendo torso y sin bigote.
EliminarBuena película. A mi el libro me encantó. Imprescindible para los aficionados a la las aventuras, naufragios e islas exóticas. Buena versión, como la de Brando y Gibson, que tampoco desmerecen.
ResponderEliminarAunque hay que reconocer que todas son deudoras de esta primera versión, al menos que no la han mejorado, por más que, como dices, no desmerezcan.
EliminarCuanta razón tienes Trecce, en eso que comentas de que el buen cine siempre deja poso y aunque pase el tiempo recordamos con agrado secuencias de la película en cuestión, y esta que reseñas hoy es una de esas.
ResponderEliminarHola Lucía, ya sabes que es un gusto tenerte en esta tu casa.
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