A veces a uno le recuerdan, aunque sea sin querer, que es más viejo que Cascorro. Me preguntaba mi hijo qué era eso de la toma del Cuartel Viriato y yo me di cuenta de que cuando aquella historia, para mí relativamente reciente, ocurrió, él aún no había nacido. Uno no quiere pasar por pesado (aunque a veces lo sea) contando historias del abuelo cebolleta, pero quizá sea bueno dejar memoria de ciertas cosas que, en esta ciudad que es modesta y humilde, adquieren, por esas mismas características, tintes de hecho extraordinario y único.
Para que la imagen en colorines que encabeza esta entrada, con amplios jardines abiertos al público en general haya sido posible, fue necesario que un 30 de mayo de hace 20 años, el pueblo de Zamora ocupara el recinto del todavía (aunque estaba en desuso) Cuartel Viriato.
Durante un tiempo, se habían mantenido contactos con el Ministerio de Defensa para la reversión al Ayuntamiento de la capital de los terrenos donde se asentaba la antigua instalación militar, ya que el Regimiento DCC Toledo 35, que había ocupado la misma, las había abandonado fruto de la restructuración del Ejército que contemplaba una significativa reducción de unidades.
Y ocurrió lo que ocurre tantas veces, el Ministerio quería vender unos terrenos que habían sido cedidos en su día para la instalación cuartelera, a pesar de que en los documentos de cesión se contemplaba la reversión al municipio cuando dejaran de utilizarse para el fin para el que fueron cedidos.
Comenzaron las controversias y los "vuelva Vd. mañana" por parte del Ministerio, alegando, entre otras cosas que casi la mitad de los terrenos habían sido comprados por el Ejército. Algo de eso había, ya que la zona donde estaban los campos de deporte y la pista de entrenamiento militar (los terrenos más cercanos al Hospital "Virgen de la Concha"), habían sido comprados para ampliar las instalaciones edificadas en terrenos cedidos. Total que pasaba el tiempo y ni lo cedido, ni lo comprado, el Ministerio "erre que erre" en su pretensión de vender.
Se había creado una plataforma para la reclamación, que deseaba convertir el antiguo cuartel en dependencias docentes, y que había convocado a los ciudadanos a realizar una gran cadena humana que rodeara los muros del cuartel. La cadena rodeó de sobra la instalación militar y con la lectura de un comunicado se dieron por acabadas las negociaciones que "por las buenas" se mantenían con el gobierno. Parece ser que la Plataforma deliberaba sobre la actitud a tomar, cuando el alcalde, Antolín Martín, decidió saltar la verja (supongo que la decisión estaría tomada de antemano con sus asesores) y fue seguido por algunos ciudadanos, el candado de la puerta fue roto y una riada humana se apoderó del cuartel.
La vivida aquellos días, fue la movilización ciudadana más masiva que recuerda esta ciudad y la imagen de Antolín Martín duchándose con el camión de bomberos al lado, se hizo famosa. Hubo actos culturales, reuniones asamblearias, actos festivos, en fin una ocupación pacífica y lúdica. Yo, personalmente, recuerdo la transmisión en directo y para toda España, desde el recinto del Viriato, de algunos programas de Radio 3, cuando no era solamente una emisora musical, pero sí era ya esa radio alternativa que la hacía diferente.
La ocupación acabó el 28 de junio, la víspera de San Pedro, la principal festividad de la ciudad, en una decisión tomada en asamblea, una vez que el Ministerio de Defensa se avino a negociar la devolución.
Negociación bastante chapucera, por cierto, al final el Ministerio de Educación pagó una buena pila de millones a Defensa y el Ayuntamiento permutó una parte de los terrenos por otros de titularidad municipal que más tarde Defensa vendió para construír viviendas en plena fiebre del ladrillo.
En algún artículo publicado estos días he leído que de haber estado en la Moncloa el PP, en lugar del Sr. González, el asalto no se habría producido, hay que tener en cuenta que el hecho de que a la cabeza fuera el alcalde, frenaba cualquier intervención de la fuerza pública, al menos los responsables de dar la orden se lo pensarían, no es lo mismo que salten una verja unos cuantos ciudadanos de a pie (con ellos se atreven, claro), a que lo haga un cargo público y más, como es el caso, de un partido grande.
Pero eso es historia-ficción, podemos suponer lo que queramos, aunque yo esté de acuerdo en que no creo que un cargo electo se hubiera enfrentado a su propio partido, claro que, por suponer, no podemos dar por hecho que el Ministerio de Defensa hubiera obrado lo mismo de estar los populares en la Presidencia del Gobierno. Eso, además de tener en cuenta que Antolín Martín no siempre se doblegó al partido en otros asuntos, al menos no lo hizo por las buenas y no le dolieron prendas a la hora de llevarle la contraria, prueba de ello fue su salida vergonzante de las listas del Partido Popular. Pero repito, todo eso son "suponeres", lo cierto es que es uno de los pocos políticos de peso (ser alcalde de una capital de provincia, aunque sea pequeña, lo es) que ahora trabaja en lo que trabajaba antes de ser Alcalde.
Y lo cierto también, es que cuando a un pueblo se le llama para cosas serías y sus regidores se ponen al frente, éste responde, aún siendo Zamora, una ciudad de la que siempre se dice que estamos esperando a que otros nos resuelvan los problemas. Y que del pueblo de Zamora se puede decir aquello que se dijo del Cid: "¡Dios, qué buen vassallo, si oviese buen señor!".
20 Años después, la Universidad de Salamanca tiene instalado allí el Campus Viriato, con la Escuela de Magisterio y la Politécnica Superior y el muro que rodeaba el cuartel, desapareció, o fue rebajado de tal manera que queda a buena altura para sentarse sobre él. Las instalaciones que hay en los 35.000 metros cuadrados del Campus, repartidos en ocho edificios, bien de nueva planta o aprovechando, una vez remodeladas, antiguas instalaciones del cuartel, son fruto de los más de cuatro mil millones de pesetas de fondos europeos, que esta vez sí, fueron bien invertidos. Pero también queda el recuerdo imborrable de aquellas jornadas en las que Zamora se movilizó para reclamar lo suyo.
Para que la imagen en colorines que encabeza esta entrada, con amplios jardines abiertos al público en general haya sido posible, fue necesario que un 30 de mayo de hace 20 años, el pueblo de Zamora ocupara el recinto del todavía (aunque estaba en desuso) Cuartel Viriato.
Durante un tiempo, se habían mantenido contactos con el Ministerio de Defensa para la reversión al Ayuntamiento de la capital de los terrenos donde se asentaba la antigua instalación militar, ya que el Regimiento DCC Toledo 35, que había ocupado la misma, las había abandonado fruto de la restructuración del Ejército que contemplaba una significativa reducción de unidades.
Y ocurrió lo que ocurre tantas veces, el Ministerio quería vender unos terrenos que habían sido cedidos en su día para la instalación cuartelera, a pesar de que en los documentos de cesión se contemplaba la reversión al municipio cuando dejaran de utilizarse para el fin para el que fueron cedidos.
Comenzaron las controversias y los "vuelva Vd. mañana" por parte del Ministerio, alegando, entre otras cosas que casi la mitad de los terrenos habían sido comprados por el Ejército. Algo de eso había, ya que la zona donde estaban los campos de deporte y la pista de entrenamiento militar (los terrenos más cercanos al Hospital "Virgen de la Concha"), habían sido comprados para ampliar las instalaciones edificadas en terrenos cedidos. Total que pasaba el tiempo y ni lo cedido, ni lo comprado, el Ministerio "erre que erre" en su pretensión de vender.
Se había creado una plataforma para la reclamación, que deseaba convertir el antiguo cuartel en dependencias docentes, y que había convocado a los ciudadanos a realizar una gran cadena humana que rodeara los muros del cuartel. La cadena rodeó de sobra la instalación militar y con la lectura de un comunicado se dieron por acabadas las negociaciones que "por las buenas" se mantenían con el gobierno. Parece ser que la Plataforma deliberaba sobre la actitud a tomar, cuando el alcalde, Antolín Martín, decidió saltar la verja (supongo que la decisión estaría tomada de antemano con sus asesores) y fue seguido por algunos ciudadanos, el candado de la puerta fue roto y una riada humana se apoderó del cuartel.
La vivida aquellos días, fue la movilización ciudadana más masiva que recuerda esta ciudad y la imagen de Antolín Martín duchándose con el camión de bomberos al lado, se hizo famosa. Hubo actos culturales, reuniones asamblearias, actos festivos, en fin una ocupación pacífica y lúdica. Yo, personalmente, recuerdo la transmisión en directo y para toda España, desde el recinto del Viriato, de algunos programas de Radio 3, cuando no era solamente una emisora musical, pero sí era ya esa radio alternativa que la hacía diferente.
La ocupación acabó el 28 de junio, la víspera de San Pedro, la principal festividad de la ciudad, en una decisión tomada en asamblea, una vez que el Ministerio de Defensa se avino a negociar la devolución.
Negociación bastante chapucera, por cierto, al final el Ministerio de Educación pagó una buena pila de millones a Defensa y el Ayuntamiento permutó una parte de los terrenos por otros de titularidad municipal que más tarde Defensa vendió para construír viviendas en plena fiebre del ladrillo.
En algún artículo publicado estos días he leído que de haber estado en la Moncloa el PP, en lugar del Sr. González, el asalto no se habría producido, hay que tener en cuenta que el hecho de que a la cabeza fuera el alcalde, frenaba cualquier intervención de la fuerza pública, al menos los responsables de dar la orden se lo pensarían, no es lo mismo que salten una verja unos cuantos ciudadanos de a pie (con ellos se atreven, claro), a que lo haga un cargo público y más, como es el caso, de un partido grande.
Pero eso es historia-ficción, podemos suponer lo que queramos, aunque yo esté de acuerdo en que no creo que un cargo electo se hubiera enfrentado a su propio partido, claro que, por suponer, no podemos dar por hecho que el Ministerio de Defensa hubiera obrado lo mismo de estar los populares en la Presidencia del Gobierno. Eso, además de tener en cuenta que Antolín Martín no siempre se doblegó al partido en otros asuntos, al menos no lo hizo por las buenas y no le dolieron prendas a la hora de llevarle la contraria, prueba de ello fue su salida vergonzante de las listas del Partido Popular. Pero repito, todo eso son "suponeres", lo cierto es que es uno de los pocos políticos de peso (ser alcalde de una capital de provincia, aunque sea pequeña, lo es) que ahora trabaja en lo que trabajaba antes de ser Alcalde.
Y lo cierto también, es que cuando a un pueblo se le llama para cosas serías y sus regidores se ponen al frente, éste responde, aún siendo Zamora, una ciudad de la que siempre se dice que estamos esperando a que otros nos resuelvan los problemas. Y que del pueblo de Zamora se puede decir aquello que se dijo del Cid: "¡Dios, qué buen vassallo, si oviese buen señor!".
20 Años después, la Universidad de Salamanca tiene instalado allí el Campus Viriato, con la Escuela de Magisterio y la Politécnica Superior y el muro que rodeaba el cuartel, desapareció, o fue rebajado de tal manera que queda a buena altura para sentarse sobre él. Las instalaciones que hay en los 35.000 metros cuadrados del Campus, repartidos en ocho edificios, bien de nueva planta o aprovechando, una vez remodeladas, antiguas instalaciones del cuartel, son fruto de los más de cuatro mil millones de pesetas de fondos europeos, que esta vez sí, fueron bien invertidos. Pero también queda el recuerdo imborrable de aquellas jornadas en las que Zamora se movilizó para reclamar lo suyo.
Magnífico dosier recordatorio. Cuando se conjugan las circunstancias... Poquísimas veces esto sucede. Siempre hay intereses bastardos. En aquella ocasión fue una conjunción universal. Con todo algunos "aprovechados" sacaron tajada de la permuta. Fueron listos y hábiles. Se unieron a la masa y al Pepito Grillo que merece, aún hoy día el reconocimiento al valor y a la integridad. Un saludo
ResponderEliminarNo he querido ser prolijo en la entrada, pero efectivamente, como siempre, hubo "espabilados" y "listillos", prefiero recordar la parte positiva.
ResponderEliminarAyer, 10 de junio de 2015, falleció Antolín Martín, una de las caras visibles de esta historia, tenía 69 años.
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