miércoles, 9 de septiembre de 2020

BELOW HER MOUTH


Jasmine (Natalie Krill) es una exitosa editora de moda que vive con su prometido en Toronto. Un viernes por la noche, mientras está en la ciudad con su mejor amiga Claire (Melanie Leishman), conoce a Dallas (Erika Linder), que trabaja poniendo tejados y acaba de salir de una relación. Sorprendida por la confianza con la que se relacionan dos mujeres tan diferentes, Jasmine se enamora de la misteriosa mujer que trabaja con un equipo de techadores en la casa de al lado. El encuentro casual pronto se convierte en un deseo que se enciende en Jasmine cuando se familiariza más con Dallas, lo que la lleva a acompañarla a su loft alquilado, donde las dos mujeres pronto se sumergen en una sesión de sexo apasionado. Por mucho que luche contra sus sentimientos por estar involucrada sexualmente con otra mujer, teme que su cita con Dallas pueda arruinar su compromiso con su prometido si alguna vez se llega a conocer su aventura.


La actriz canadiense April Mullen, dirige su primera película en la que, según ella, pretende contar una relación amorosa entre dos mujeres muy diferentes bajo el prisma de la mirada femenina, para ello se rodea de un equipo prácticamente integrado por mujeres, incluídos los aspectos artísticos y técnicos del film, con lo que buscaba dar mayor comodidad en las intérpretes de las escenas de sexo explícito que vemos.
A pesar de las intenciones, si es que las hubo, al final, la película no deja de acudir a los estereotipos, apenas distinguimos que esté realizada por un equipo de mujeres y no de hombres y si prentendía dar una mirada femenina, no lo consigue, bajo mi punto de vista. Entre otras cosas, el alargamiento de las escenas de sexo, innecesario, por más que esté rodado con cierta elegancia, le resta credibilidad.


Una película que pretende ser algo distinto a lo que de verdad ofrece y que, en algunos momentos llega a convertirse en algo pseudopornográfico que hasta puede aumentar la libido de los más proclives a dejarse llevar.
En cuanto a que pretende ser natural, es cierto que en ocasiones lo consigue, la intervención como coprotagonista de la modelo sueca Erika Linder, sin experiencia previa como actriz y esa llamativa belleza andrógina que posee, contribuye en parte a ello, pero a la hora de la verdad, ya digo que sigue cayendo en los mismos tópicos de siempre. Un solo ejemplo: Siempre me llamó la atención que en el cine, en las escenas de cama, los actores y actrices que intervienen en ellas, cuando se levantan de la cama, deambulan envueltos en una sábana. Que yo sepa, esto, en la vida real, no es normal, si te levantas, como mucho, si no quieres ir en pelotas, te pones las bragas o los calzoncillos; pues en esta película, después de tanto sexo explícito, lo vuelven a hacer, lo de la sabanita digo. Si esto es naturalidad y buscar un enfoque diferente, que me lo expliquen.




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