jueves, 30 de abril de 2020

RATATOUILLE

Remy es una simpática rata que sueña con convertirse en un gran chef francés a pesar de la oposición de su familia y del problema evidente que supone ser una rata en una profesión que detesta a los roedores. El destino lleva a Remy a las alcantarillas de París, donde su situación no puede ser mejor, ya que se encuentra justo debajo de un restaurante que se ha hecho famoso gracias a Auguste Gusteau, una estrella de la nouvelle cuisine.
Sin embargo, Gusteau, el héroe culinario, ha muerto, y Remy se encuentra solo en París, el restaurante es ahora dirigido por otra persona, y en él comienza a trabaja Linguini, un chico bastante torpe al que han contratado para recoger y sacar los desperdicios. Debido a su falta de pericia, Linguini estropea una sopa y Remy, para tratar de encubrir el desastre, agrega algunos ingredientes, convirtiendo la sopa en un plato de éxito, por el que Linguini obtendrá cierto crédito entre el resto de los compañeros. Tras esto, Linguini introduce a Remy en el restaurant. Remy, oculto bajo el gran gorro de cocinero y tirando de sus cabellos, dirige las acciones de su nuevo amigo.
A pesar del peligro que representa ser un visitante poco común (y desde luego nada deseado) en los fogones de un exquisito restaurante francés, la pasión de Remy por la cocina pone patas arriba el mundo culinario parisino, aún a costa de poner su vida en riesgo cada día procurando que nadie, especialmente el jefe de cocina, le descubra.


Dinamismo en la acción, con las pausas sabiamente colocadas; acción trepidante y un poco de suspense en ciertos momentos; diálogos ingeniosos y una historia sencilla, pero arriesgada. Esos y algún otro son los ingredientes de este sabroso plato que supone esta magnífica película de animación de sublime factura técnica, con unos decorados muy trabajados, bien conseguidos, plagados de detalles, incluso algunos que se nos pierden en un primer visionado y de un realismo muy llamativo.


Ese mensaje de superación que nos va envolviendo a lo largo de la película, ese afán por conseguir el sueño deseado contra viento y marea. ¿Adonde vas?, le preguntan a Remy. Con suerte, hacia adelante, responde.
Y para rematar, la crítica final de Anton Ego, el temido crítico gastronómico, cuyos renglones debería repasar de vez en cuando más de un crítico, para tener presente cuál debe ser su cometido si quiere conducirse con honestidad.
Una película divertida y muy didáctica cuyo contenido va mucho más allá del cine infantil y de la que los adultos podemos disfrutar tanto o más que los pequeños.




4 comentarios:

  1. Magnifica, es verdad, ya solo el argumento invita a verla (¿Una rata de chef?) y no defrauda en absoluto.

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