lunes, 13 de febrero de 2017

TRAINSPOTTING

Un grupo de jóvenes desesperadamente realistas, a los que ni se les ocurre pensar en el futuro porque saben que nada o casi nada va a cambiar, habitantes del otro Edimburgo, el que no aparece en los famosos festivales, capital europea del sida y paraíso de la desocupación, la miseria y la prostitución, embarcados en una peripecia vital cuyo combustible es la droga, «el elixir que les da la vida, y se la quita».
Usan el lenguaje de la calle, áspero, vigoroso y colorido, y entre pico y pico, entre borracheras y fútbol, sexo y rock and roll, la negra picaresca, la épica astrosa de los que nacieron en el lado duro de la vida, de los que no tienen otra salida que escapar, o amortiguar el dolor de existir con lo primero que caiga en sus manos.
Un relato triste, pero también de un ingenio perverso, nos conduce en una gira infernal por los guetos psíquicos donde se refugian los drogotas, los borrachos, los desesperados y los perdedores…
Estamos ante unos adictos torpes y ladrones que tienen pocos escrúpulos morales a la hora de engañar a sus amigos, pero el quid de la historia gira en torno a sus relaciones entre sí y la manera extrañamente convincente en que mantienen estos vínculos.


El guión se basa en una novela del mismo título de Irvine Welsh.
El título hace referencia a un pasaje del libro en el que Begbie (Robert Carlyle) y Renton (Ewan McGregor) conocen a un borracho en una estación de ferrocarril abandonada. Begbie y Renton usan la estación para hacer sus necesidades y el borracho les pregunta, intentando hacer un chiste, si están haciendo "Trainspotting". El término anglosajón trainspotting se utiliza para referirse a la afición relativamente popular en Reino Unido de observar el ferrocarril. Este pasaje no aparece en la película, por lo que el título se hace difícil de entender, ya que no viene a cuento con lo que vemos.
El libro fue todo un éxito en su momento y rápidamente fue adaptado al teatro.


El film cuenta con unas convincentes actuaciones y una fotografía colorista que subraya algunos de los pasajes alucinantes de la película. De las cosas más celebradas, es su banda sonora que entremezcla perfectamente la música rock con el brit pop, la electrónica e incluso el trance. Aparecen temas de muchos grandes de la música contemporánea, desde Iggy Pop, que se escucha en la vertiginosa secuencia inicial, hasta Underworld, pasando por Brian Eno, Lou Reed, David Bowie y otros cuantos nombre míticos.
A lo largo de la película podemos encontrar referencias explícitas a La naranja mecánica y una muy curiosa en la que se ve a los cuatro protagonistas remedando a los Beatles en la famosa foto de portada de uno de sus discos en que cruzan Abbey Road por un paso de peatones.


Trainspotting es quizá el mejor acercamiento que se ha hecho sobre el mundo de la adicción a la heroína y lo que le rodea desde una perspectiva realista, sin plantear mensajes morales y dejando que sea el propio espectador quien extraiga consecuencias después de observar a estos tipos nada edificantes, pero bastante normales, en el sentido de que son la gente con la que nos prodríamos cruzar en cualquiera de las calles de nuestra ciudad, personajes verosímiles sumidos en este mundo en que lo onírico y lo real se dan la mano en este particular descenso a los infiernos, del que la magnífica escena del retrete ("bienvenidos al WC más asqueroso de Escocia") es una maravillosa y conseguida representación.




2 comentarios:

  1. He leído que Edimburgo, junto con Glascow son las ciudades más llenas de pirados drogatas, gangsters de todo tipo y de policías corruptos.

    Tu descripción de la novela coincide perfectamente con lo te menciono arriba.

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    1. Algo así había oído yo también, que una cosa es lo que enseñan al turista y otra lo que hay en las zonas marginales (y algunas no tan marginales).

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