jueves, 16 de febrero de 2017

SENTIDO Y SENSIBILIDAD

Al enfrentarse a la lectura de esta, como de algunas otras obras de la universal escritora británica, lo hacemos a un libro de calidad literaria innegable, pero que, al tiempo, nos habla de una época pasada que nada tiene que ver con la nuestra si no es en el sentido del precedente lógico y natural a los tiempos que vivimos.
En esta novela encontramos un sentido moralizante que, en muchos aspectos, no se corresponde con los parámetros de nuestra sociedad, por ello hay que hacer un cierto esfuerzo de adaptación a las concepciones y situación del momento para poder conciliar con nuestro modo de pensar y obrar, el sentimiento y la conducta que regían en aquella sociedad en la que lo más importante para una mujer era encontrar un buen partido que la permitiera vivir con cierto desahogo y si además el amor estaba presente, mejor, pero si no era así, pues había que apechar con las consecuencias y confiar en que, cuando menos, hubiera respeto entre las partes.
Estamos en una época de transición en la que las mujeres empiezan a demandar, con moderación absoluta, eso sí, avances en su condición y, aunque la igualdad queda lejos, comienzan a verse los primeros síntomas que indican por dónde van a ir los tiros en las siguientes generaciones.
La historia plantea el drama que rodea el amor que sienten dos jóvenes y retrata la vida social que las rodea, asentada en la codicia. Elinor es capaz de sobrellevar con entereza los golpes de la vida porque se apoya en el humor y la inteligencia frente a una madre y hermanas que se sustentan de una visión romántica llevada al extremo, y Marianne, sólo sana de su profunda herida, cuando es capaz de entender su experiencia con la misma ironía y humor que nos hace crecer en sabiduría.
Muy importante, como en todas las novelas de la autora, la presencia de la naturaleza que, en este caso, sirve para contraponer la manera de ser de unos personajes y otros, enfrentándola con la vida y la sociedad londinense.
Con un buen ritmo narrativo, quienes disfrutan de las historias agridulces, lo harán con esta novela y los sentimientos a que se tienen que enfrentar la hermanas Dashwood.



4 comentarios:

  1. Jane Austen es una novelista fabulosa. Cautiva como nadie a sus lectores porque cultiva ese estilo de prosa que conjuga perfectamente elegancia y sonoridad. Sabe dar vida a todo lo que narra, aunque aparentemente parezcan hechos banales. De sus obras, la que más me gustó fue Orgullo y Prejuicio

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  2. Magnífica. La primera vez que la ví me apabulló, pero en las siguientes conseguí captar su ritmo.

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    1. Austen tiene una prosa muy atractiva, independientemente de que a uno le interesen más o menos los temas de sus novelas

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