miércoles, 21 de mayo de 2014

JUEGO DE HONOR

Francis Ouimet (Shia LaBeouf), vive en casa de sus padres en un suburbio de Boston. Es una familia humilde, cuya casa está situada junto al campo de golf, justo frente al hoyo 17 del Club de Campo.
Francis gana algún dinero trabajando como caddy, con el que ayuda a la maltrecha economía familiar, pero también aprende a jugar al golf, deporte para el que demuestra poseer aptitudes innatas.
A instancias de uno de los socios del club y de un artesano local que se dedica a la fabricación de palos de golf, Francis se inscribe en el Open de Estados Unidos, no consiguiendo pasar el corte y viéndose obligado a olvidarse de practicar deporte, pues le había prometido a su padre, a cambio de los 50 dólares de la inscripción, que si no lo lograba, dejaría el golf y se dedicaría a acabar sus estudios y, en palabras de su padre, a traer un salario honrado a casa.
Francis comienza a trabajar como dependiente, primero en una mercería y después en una tienda de artículos deportivos, pero llegado el año 1913, cuando él cuenta 20 de edad, es tentado de nuevo por socios del club local para que se inscriba por segunda vez en el abierto del país, tratan de convencerle haciéndole ver que, en esta ocasión, se disputará en las instalaciones del Club de Campo de Boston y que les gustaría que un jugador local estuviera entre los participantes.


El guión se basa en la novela del mismo título del escritor norteamericano Mark Frost, que adaptó su propia obra a la pantalla. Experiencia como guionista no le faltaba, ya que había participado en la creación de algunos de los guiones de las conocidas y exitosas series televisivas "Canción triste de Hill Street" y "Twin Peaks".


Muy bien fotografiada, la película cuenta con una banda sonora de Bryan Tyler, de excelente nivel; destaca la maravillosa ambientación lograda, recreando el ambiente de la época en ciertos sectores de la vida diaria bostoniana y, sobre todo, un brillante diseño de vestuario.


Correctas actuaciones, en unos papeles que tampoco son demasiado exigentes, quizá en lo que más han debido esforzarse los intérpretes es en adquirir los modos particulares de este mundillo del golf, tan elitista en aquellos años y, quienes encarnan a los jugadores, lograr reproducir los característicos movimientos de esta disciplina.
De entre todos ellos, me gustó la interpretación de Josh Flitter dando vida al caddy Eddie Lowery, que con sólo 10 años, era el que llevaba los palos de Francis Ouimet en aquella memorable competición, un papel entrañable, divertido en muchas ocasiones, pero sobre todo revelador de la importancia de esta figura, el mejor consejero del golfista y no un simple porteador.


La mayoría de las cosas que se narran en la película, son fiel reflejo, tanto de la vida de Ouimet, como de la de su gran rival en aquel open, el legendario jugador británico Harry Vardon (Stephen Dillane). Algunas de las cosas, incluso están recogidas con detalle, si bien a quienes no son amantes de este deporte pueden escapárseles, como cuando nos muestran los detalles del conocido "agarre Vardon" y algunos otros guiños tanto al golf en general, como a la vida de estos dos grandes deportistas que demuestran la seriedad del trabajo previo de documentación.
En una época en la que el golf profesional estaba mal visto entre los dandys del golf, por ser el que practicaban, sobre todo los caddys retirados, casi siempre gente de humilde extracción y los amateurs formaban parte de una casta cerrada, miembros de la nobleza o de las esferas económicamente pudientes, la irrupción en la escena del Open USA en aquel lejano 1913, de aquel joven desconocido que logró derrotar al "invencible" Harry Vardon, supuso toda una inyección de autoestima para los norteamericanos aficionados al deporte de los 18 hoyos que derrotaron a la todopoderosa Gran Bretaña, logrando retener su propio título nacional.
Francis Ouimet, fue portada de todos los periódicos y noticiarios del momento y su éxito significó que, en sólo diez años, se multiplicara por tres el número de practicantes, gracias al aumento del número de escuelas de golf, lo que significó la apertura de este deporte a clases diferentes de las élites dominantes.


Es cierto que el film es uno de esos típicos productos Disney, pero está muy bien hecho, ya he hablado de la ambientación y de la fotografía, y además de eso, está rodada de manera impecable, con algunos planos imposibles, imágenes que harán las delicias, no sólo de los amantes de este deporte, sino del espectador en general, con sus espectaculares salidas desde el green, la dificultad de los bunkers, las pelotas que se van al agua, golpes entre árboles, putts de infarto... La verdad es que el recorrido de desempate entre Vardon y Ouimet, logra contagiar la tensión al espectador y transmitirnos, mediante acertados recursos visuales, la capacidad de concentración de los jugadores y el apasionamiento con que el público sigue este singular deporte.
Muy entretenida.
Ah, que no se me olvide mencionar los originales títulos de crédito de Eric Fitzgerald.




2 comentarios:

  1. No la he visto Trecce, pero gracias como siempre por mostrar tus ilustrativas narrativas, y tu punto de vista sobre películas del cine. Saludos.

    ResponderEliminar