miércoles, 26 de septiembre de 2012

GIGI

Desde que comenzó su pubertad, Gigi (Leslie Caron) ha sido educada por su abuela y su tía Alicia para ser una cortesana de lujo en el colorista Paris de 1900.
Gaston (Louis Jourdan), es un joven millonario que se aburre a pesar de ser el soltero más perseguido de toda la ciudad.
Gigi es casi una niña y se divierte a todas horas aunque todavia no tenga edad para bailes y amorios. Pero Gaston es amigo de la familia de Gigi y la visita con frecuencia.
Así que la abuelita y la tía de Gigi, piensan que quizá Gastón sería el candidato ideal para sus pretensiones sobre su joven pariente y le hacen a Gastón la proposición formal para que se haga cargo de Gigi como su mantenida.
Ella al principio se niega, pero acaba aceptando, le dice que para ser infeliz con otro, prefiere serlo con él.



Basado en una novela de la autora francesa Colette, aunque respeta la historia que se nos cuenta en el libro, la edulcora un tanto, tratando de encajar ese relato de amores libertinos establecidos en la alta sociedad francesa, con el pensamiento que pudiera tener la sociedad norteamericana de mediados del siglo XX.


La película obtuvo nada menos que nueve premios Oscar, algo que desde la perspectiva actual puede parecer exagerado, pues el film no ha envejecido bien en todos sus aspectos, entre otros en la narración que resulta cursi y hasta empalagosa. Precisamente quien no se llevó ningún premio fue Leslie Caron (ni siquiera fue nominada) en la que quizá fue su mejor interpretación en las pantallas.


Sin embargo en otros aspectos la película sí que tiene un gran valor, con una magnífica ambientación y un vestuario de lujo. Los decorados también de gran calidad y la banda sonora, de bastante nivel, aunque no tenga ninguna de esas canciones que salimos silbando después de verla. Técnicamente está muy bien, con algunos detalles dignos de destacar, por ejemplo, que Minelli rodó la parte dramática y la parte musical por separado, para ensamblarlas después en un prodigio de montaje.


El film nos traslada al ambiente del París de principios del XX, tal como lo puede imaginar el público norteamericano, pero además tiene muchos guiños artísticos que pueden pasar desapercibidos al espectador no avezado, pero en los que Minelli puso mucho cuidado y todo su saber hacer, desde la decoración de las casas, con detalles de art nouveau o las impresionantes y maravillosas láminas de los títulos de crédito con dibujos de Georges Goursat "Sem".


Una película con personajes entrañables, con una historia que se nos hace simpática, una magnífica ambientación y un Maurice Chevalier, interpretando al tío del protagonista, que nos transmite alegría de vivir.




4 comentarios:

  1. Bueno me pareció entretenida, aunque como comentas algo empalagosa, pero yo creo que es la tónica general en este tipo de películas.

    Saludos Trecce.

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  2. Esta semana coincidimos con el gran Chevalier, qué tío tan simpático!

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