El coronel MacFay (C. Aubrey Smith), invita al matrimonio Charles a pasar un fin de semana en su casa de campo y les manifiesta la sospecha de que quieren asesinarle. Desgraciadamente, su temor se hace realidad y Nick (William Powell) está entre los sospechosos, pero Nora (Myrna Loy) tiene sus propias ideas sobre el caso y se escabulle dentro de un club para buscar pistas.
El guion adapta el relato de Dashiell Hammett, "El crimen de Farewell" ("The Farewell Murder"), publicado por primera vez en la revista pulp Black Mask. La película, no obstante, cambia al protagonista, que pasa de ser un detective que trabaja para la agencia de detectives Continental, al matrimonio formado por Nick y Nora.
Humor cargado de sarcasmo, un crimen con diversos sospechosos y pistas que nos hacen dudar de quién pueda ser el asesino, una narración ágil y dinámica, secundarios que interpretan correctamente sus papeles y la presencia de la pareja protagonista, aseguran el entretenimiento para el espectador. Quizá lo menos logrado sea el desenlace, explicado de forma un tanto embarullada y con fundamentos interesados.
Atención al baile que se marcan los rumberos cubanos René & Stella a ritmo del “Siboney” de Ernesto Lecuona (entonces en Estados Unidos no se hablaba de "Son", se hablaba de "Rumba", generalizando bajo esa palabra todo lo que sonara cubano, aunque en esencia, distara mucho de los patrones rítmicos y esenciales de ese género maravilloso surgido en los barrios empobrecidos de La Habana y Matanzas).
Vaya: o el bailarín cubano lleva unas ruedas en la suela de sus zapatos o no entiendo cómo puede girar de esa manera.
ResponderEliminarEsa manera imposible de deslizarse, me recuerda algunos movimientos de Michael Jackson.
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