miércoles, 21 de octubre de 2020

BACURAU

 


En un futuro cercano, el pueblo de Bacurau llora la muerte de su matriarca Carmelita (Lia de Itamaracá), que falleció a los 94 años. 
Teresa (Bárbara Colen) ha regresado a la aldea tras la muerte de su abuela, para encontrarse envuelta en una serie de extraños acontecimientos que afectan al pueblo: Se ha cortado el suministro de agua, los caballos de un rancho próximo corren en estampida por las calles, los ataúdes vacíos están apareciendo en la carretera, la señal telefónica se apaga y el nombre de la aldea y su ubicación, desaparecen de los mapas online. 
Bajo la amenaza de un enemigo desconocido, Bacurau se prepara para una sangrienta y brutal lucha por la supervivencia.


Coproducción entre Brasil y Francia que transita por varios estilos, de forma aparentemente desordenada. Estamos en una comunidad rural y multiétnica que recuerda un poco a los relatos del realismo mágico. Un pueblo que se ve acosado por desconocidos intereses económicos venidos de fuera y que se dedican a comprar voluntades de dirigentes locales que someten a Bacurau a una especie de cerco que, al parecer, trata de ahogar las posibilidades de futuro de la aldea: Una presa ha cortado el suministro de agua y la señal del teléfono y la del satélite, desaparecen, mientras la carretera sufre un corte que deja al pueblo incomunicado.


Con un formato nada convencional, sus realizadores y guionistas, Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles, nos ofrecen un viaje que va desde la ciencia ficción realista, hasta el drama social, con reflexiones sobre antropología y escenas, sobre todo las del final, que parecen inspiradas en el Spaghetti Western (a mi particularmente algunas secuencias me recordaron Infierno de cobardes). Quizá el mensaje del film, que incluye críticas implícitas (o quizá no tan implícitas) a la situación de Brasil en la actualidad, quede algo desleído por la, a mi juicio, excesiva duración del film (hay momentos en que parece que no avanza y eso incide en el ritmo de la película) y por algunas situaciones que caen en el puro efectismo, con lo que al final, uno no sabe muy bien si tomarse en serio la película o quedarse con el mero entretenimiento de un film que se sale un poco de lo que estamos acostumbrados a ver.




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