martes, 2 de abril de 2019

SHARPE Y EL ORO DE LOS ESPAÑOLES

1810, el ejército inglés se encuentra en Portugal al mando del duque de Wellington, mientras las tropas napoleónicas, con André Masséna al frente, se disponen a cruzar la frontera y cercar la localidad fronteriza de Almeida, el único obstáculo importante en su camino hacia Lisboa.
El proyecto de Wellington es establecer una defensas inexpugnables alrededor de la capital lisboeta que detenga a los franceses, para contraatacar más tarde. Sin embargo, desde la metrópoli no envían fondos y, sin ellos, la construcción de lo que será la línea defensiva de Torres Vedras, no se puede llevar a efecto.
Wellington sabe que los aliados españoles tienen escondida una gran cantidad de oro en territorio cercano a la frontera y encarga a Sharpe que vaya con lo que queda de sus "rifles" a desenterrar el oro con el pretexto de que los ingleses lo llevarán por mar a la Junta de Defensa de Cádiz, aunque en realidad lo quiere para emplearlo él.
Su contacto es el mayor Kearsey, un hombre de honor que cuando intuye el propósito de Sharpe, se niega a que se lleve el oro, pues este es de los españoles y quiere que se lo quede un jefe guerrillero apodado "El Católico". Un tipo inteligente, culto y buen guerrero, pero que ambiciona el oro para emplearlo en su propio medro.
Aquí hay una lucha de intereses ocultos entre dos bravos contendientes y, por supuesto, como en otras novelas de la serie, una mujer de por medio.
Novela plagada de intriga y aventura en un contexto histórico que Bernard Cornwell utiliza con habilidad para los propósitos de su novela.
Como explica el autor en el interesante epílogo de la novela, buena parte de los acontecimientos que se narran ocurrieron así, aunque Cornwell hace participar en ellos a sus personajes y los cuenta a su manera mezclando ficción y realidad.



2 comentarios:

  1. No vamos a descubrir ahora como novelista a Bernard Cornwell. En esta nueva entrega de la serie sobre Sharpe, narra con toda maestría las peripecias de de este fusilero con los guerrilleros españoles, principalmente con el jefe el Católico para tratar de apoderarse del oro de los españoles. Aquí aparece una vez más la maestría de Cornwell narrando la actuación de unos y otros, en esa lucha contra los invasores franceses.

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