lunes, 22 de abril de 2019

ASSASSINATION NATION (NACIÓN SALVAJE)

El alcalde de la pequeña ciudad de Salem (Massachussetts), Bartlett (Cullen Moss), es víctima de un ataque cibernético, y se revelan imágenes en las que se le descubre participando en una fiesta con scorts masculinos y vistiendo ropa de mujer, lo que tiene mayores consecuencias, si tenemos en cuenta que su candidatura se basó en premisas anti-gays y de apoyo a la familia tradicional.
El alcalde queda tan marcado que se presenta en una conferencia, saca una pistola y se suicida disparándose en la boca.
El director de la escuela, Turrell (Colman Domingo), ve pirateado su teléfono en el que tiene fotografías de su hija menor cuando esta contaba seis años, algunas están hechas en la bañera y la niña está desnuda, pero no deja de ser su hija y ese tipo de fotos las ha tomado todo el mundo alguna vez, sin embargo, rápidamente, desde las redes sociales, se le acusa de pedófilo. Aparece ante un grupo de personas que piensan va a presentar su dimisión, pero en su lugar, Turrel se defiende, declarando que se preocupa por los niños y que no renunciará. La multitud no deja de gritar, de forma amenazadora, pidiéndole que renuncie a su puesto..
Más ciudadanos comienzan a sufrir hackeos en sus aparatos informáticos y gran número de fotografías y datos de vecinos del lugar comienzan a ser filtrados y a hacerse públicos.
Esto hace que la gente pierda la cabeza y se desencadene una verdadera ola de violencia que termina arrastrando a cuatro jovencitas, Lily (Odessa Young), Em (Abra), Sarah (Suki Waterhouse) y Bex (Hari Nef), acusadas de estar tras los robos cibernéticos y perseguidas como si fueran brujas de nuestro de nuestro tiempo.


Al principio, nos da la impresión de que estamos ante una de esas películas con adolescentes un poco pijillas, con looks muy "in", las chicas monas del instituto con una pátina de chicas liberadas y apuntadas al carro del nuevo papel de la mujer en la sociedad.
Imágenes que se suceden sin solución de continuidad, buscando que no tengamos demasiado tiempo para asimilar lo que estamos viendo, música acorde con lo trepidante del ritmo narrativo y mucha pantalla dividida en dos o tres.


Sin embargo, aquello cambia radicalmente cuando Lily Coulson es acusada de estar tras el hackeo multitudinario a los vecinos de Salem y la moderna caza de brujas comienza. Se desata la ira del populacho en esas imágenes que tanto nos recuerdan a los linchamientos del oeste o a las bandas de ciudadanos vengadores, apoyadas por algunos policías o con estos mirando para otro lado. El arsenal de armas que cada vecino tiene en casa (también muy típico), sale a relucir y están deseando darle gusto al gatillo. Las chicas no saben qué pasa y mucho menos, qué hacer ante tanta violencia desatada. Lo ciudadanos han señalado a los culpables que, en realidad, son ellos mismos, pero eso no lo van a reconocer y una vez hallada la víctima propiciatoria, ella (ellas en este caso), será quien pague para calmar conciencias.


Se ha dicho que la sociedad norteamericana es pervertida en la intimidad y puritana en lo público y es cierto que esa actitud es una de las se critican en el film, aunque también se ponen en evidencia muchas más cosas, estas otras extrapolables a cualquier comunidad de la civilización occidental.
Seguramente, la generación llamada milenial entienda mejor algunas de las situaciones que se plantean en mundo en que uno se relaciona con cientos o miles de desconocidos y vean con naturalidad estos comportamientos.
Quizá la película se ve desbordada por el exceso a que llega y por la cantidad de temas que aborda (la homofobia, la transfobia, el machismo, la hipocresía de la sociedad...) y se hace un tanto esclava de su pretendida militancia feminista, apostando por unas chicas que se defienden cual nuevas valkyrias, siempre con fondo de comedia gamberra, aunque no lo sea.
Una película que es más de lo que se ve, aunque algunos, dado el formato elegido, se pierdan por el camino, sí es cierto, sin embargo, que te va atrapando hasta que te obliga a acabar de ver en qué y cómo acaba todo aquel pandemonium.




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