viernes, 23 de noviembre de 2018

EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE

La película comienza en 1910 cuando el viejo senador estadounidense Ransom Stoddard (James Stewart) y su esposa Hallie (Vera Miles) regresan a la pequeña ciudad de Shinbone, para asistir al funeral de Tom Doniphon (John Wayne) un hombre del que, salvo tres o cuatro personas cercanas a él, nadie recuerda nada, practicamente un desconocido.
Cuando un joven reportero y el director del periódico local, presionan a Stoddard para una entrevista sobre por qué acudió al funeral de un don nadie como Doniphon, Stoddard comienza un relato que el espectador presencia a modo de flashback, en el que nos cuenta cómo, cuando llegó a la ciudad como un joven abogado recién graduado, fue asaltado por un tipo duro local, un fuera de la ley llamado Liberty Valence (Lee Marvin), pistolero empleado por el cártel de ganado local que pretende mantener a raya la ciudad, con el fin de que quienes controlan el negocio, puedan monopolizar los recursos locales para asegurar su industria de carne.
Se encuentra con Valance por primera vez cuando el proscrito y sus compañeros emboscan la diligencia en la que viaja. Stoddard trata de evitar que robe a una mujer, pero le dejan fuera de combate. Cuando Valance descubre que es un abogado, lo azota varias veces. Esa noche, Doniphon y su amigo Pompeyo (Woody Strode) llevan al inconsciente Stoddard a Shinbone para descansar y curar sus heridas. El apocado comisario, Link Appleyard (Andy Devine) se horroriza al enterarse de que quieren que capture a Valance y hace todo lo posible por inventar excusas sobre cómo la jurisdicción le impide hacer algo al respecto, que es lo que los ciudadanos esperan de él.


El guión se basa en una novela de Dorothy M. Johnson a la que Ford sabe sacar buen partido, captando la esencia de todo aquel drama basado en tres pilares: el carácter sádico de Liberty Valance; la actitud desconcertante, algo insidiosa pero finalmente acertada del personaje Ramson Stoddard; y la entrega absoluta por amor de Tom Donyphon, un amor tan fuerte que le obliga a renunciar a su amada para que esta se case con Stoddard. Estos tres pilares están expresados con brillantez por Ford, pero sobre todo destaca la contundencia con que expresa la desesperación emocional de Donyphon cuando, borracho, perdida para siempre su chica en brazos del "civilizado" Stoddard, incendia su propia casa: es la casa que había construido con sus manos para ella, es su ilusión, es su vida… y es la gran aportación de Ford al relato original.


Calificado como el western crepuscular por excelencia, incluso algunos prefieren esta película a Centauros del desierto.
El caso es que el film tiene no pocas cosas para analizar, desde el blanco y negro elegido para el rodaje, en una época en que el color ya se había impuesto, hasta las magníficas actuaciones de sus intérpretes.


La película retrata el fin de una época, el salvaje oeste va a dejar paso a una tierra en la que la ley y el orden van a dejar de ser impuestas a tiros para someterse a los tribunales y al derecho que emana de las decisiones del pueblo.
También es un retrato de la condición humana, con unos tipos muy bien definidos por Ford: La chica, que busca la seguridad en un matrimonio con un hombre cultivado; el sueño del joven abogado de conseguir erradicar la violencia para imponer la sensatez en una tierra hostil y, sobre todo, la capacidad de sacrificio de un hombre al que, como ocurre en la actualidad, se menosprecia por su violencia, pero al que se acude en busca de amparo cuando los argumentos de la razón chocan con los que imponen su ley con sangre, para después, volver a despreciarle.
Es una especie de rúbrica, con la que el maestro da por cerrada su carrera como contador del historia del oeste, una película en la que buena parte de la acción transcurre de noche y en lugares cerrados, oscura en la forma y brillante en el fondo y en el contenido.




4 comentarios:

  1. Que tal Trecce!
    Estupenda reseña de una pelicula que no me canso de ver. Ya que lo comentas, si tuviese que elegir entre esta y Centauros tendria mas de una duda. Un par de apuntes, el personaje de Lee Marvin es de lo mejorcito de la galeria de matones que ha dado el cine, es que te lo crees. Esa escena con Stewart y Wayne con el filete es magnifica.
    Saludos y feliz finde!

    ResponderEliminar
  2. Son curiosas las películas en las que el héroe ya empieza muerto.

    ResponderEliminar