Con objeto de adueñarse por completo de la compañía de navegación Dedham, la señorita Amelia (Elizabeth Allen) debe demostrar ante un notario de Boston que su padre, el doctor William Dedham (Jack Warden), vive indecorosamente en las islas de los Mares del Sur. Amelia odia a su padre porque la abandonó siendo sólo una niña. Al llegar a Haleakaloa, la isla en la que vive su padre, Amelia se encuentra con un universo que no podía imaginar: los amigos de su padre son el gobernador francés (un peligroso Don Juan) y dos ex-soldados, Michael Patrick "Guns" Donovan (John Wayne) y Thomas Aloysius "Boats" Gilhooley (Lee Marvin), viejos compañeros de la Marina. Retirados tras luchar en la Segunda Guerra Mundial, los dos amigos decidieron comenzar de cero en su paraíso particular: la isla de Haleakaloha, en la Polinesia francesa, donde se pegan para celebrar su mutuo cumpleaños y beben sin cesar. Amelia va enamorándose del amigo de su padre Michael Donovan, dueño de una taberna llamada "El arrecife de Donovan", quien parece ser una especie de líder en la isla . Entonces descubre el fervor que se siente por la difunta princesa Manulani y averigua que su padre y la princesa tuvieron tres hijos, sus hermanos mestizos. Amelia renuncia a su compañía de navegación y se establece en la isla con Donovan, aunque impone sus condiciones para poder contraer matrimonio con él, por ejemplo, que abandone su vida de perdulario y se desprenda del local en el que ejerce su negocio.
La llegada del amor supondrá, sin embargo, el fin de esta especie de paraíso masculino, la vida de la taberna, las relaciones promiscuas con las mujeres y las peleas sin ton ni son, que se mantienen sencillamente porque hay que respetar las tradiciones y darse mamporros es una de ellas.
El guión se basa en un argumento de Edmund Beloin adaptado por James Michener.
Es una comedia ligera que ha sido muy discutida precisamente por ser de quien es. Es cierto que uno espera del cine de Ford algo más y aquí nos encontramos con un producto lleno de gags sin demasiada gracia y con unos personajes muy desiguales, incluso de alguno de ellos podría prescindirse sin que se notara.
Tampoco voy a detenerme excesivamente en analizar una película que a mí me parece más un divertimento del propio Ford que otra cosa, solo voy a recordar una escena que parece que a la mayoría de los aficionados que comentan el film se les pasa por alto. Es aquella en que se reúne el consejo de administración de la naviera Dedham en Boston. Con esa economía de medios que le caracteriza, en cuatro imágenes, Ford hace una brillante parodia de la rancia y conservadora sociedad dominante en Boston, con el recorrido que hace la cámara por los retratos de los antepasados dueños de la Compañía, hasta llegar al primero de ellos: un pirata.
Wayne se mostró bastante descontento con algunas cosas de este film, por ejemplo se avergonzaba de tener que cortejar al personaje interpretado por Elizabeth Allen, porque podría ser perfectamente su hija y también se mostró descontento con el guión, a su juicio era mejor la primera versión que la que al final hizo Frank S. Nugent, guionista habitual de Ford, que, entre otras cosas, vaciaba de protagonismo al personaje de Lee Marvin
La taberna del irlandés es una comedia deliciosa, una historia de amigos inseparables, de tipos sencillos y duros acostumbrados a vivir en libertad y una crítica simpática de los elementos bienpensantes de la sociedad.
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