viernes, 16 de junio de 2017

SON DE MAR

A Circea, una pequeña ciudad de la costa levantina española, llega Ulises Adsuara (Jordi Mollà), que es profesor de literatura y suplirá la baja de su predecesor, recientemente fallecido.
Conoce a Martina (Leonor Watling), una bella y sensual muchacha que trabaja con sus padres en la pensión en la que Ulises se ha instalado. Ulises se siente deslumbrado por la joven, y ella sucumbe ante los relatos que él le recita al oído. Fantásticos fragmentos de poemas de Homero, Horacio, Virgilio… Su relación se hace cada vez más intensa, y culmina con el embarazo de Martina. Se casan y las cosas cambian porque Ulises se siente cada vez más distante de todo: el ambiente, el lugar y el entorno le ahogan.
Un día, sale de madrugada a la pesca de atunes, y desaparece. Se le da por muerto y se celebran funerales con todos los honores. Pasado el tiempo, Martina se casa con Alberto Sierra (Eduard Fernández), un rico constructor local, símbolo de la opulencia que caracterizó a muchos de los que vivieron del ladrillo a finales del pasado siglo y comienzos del presente. Alberto siempre se había sentido atraído por la chica y, al casarse, reconoce como padre al hijo que había tenido con Ulises. Martina se adapta a la nueva situación; se instala en un ambiente de lujo y caprichos y todo va bien hasta que, pasados diez años, y después de insistentes y enigmáticas llamadas telefónicas, reaparece Ulises que no ha podido olvidar a su mujer y quiere volver a verla. Como ella sigue también enamorada, le da una segunda oportunidad. Para evitar que sea descubierto, encierra a Ulises en el ático de un edificio cuyos apartamentos, ya terminados, no se pueden vender por un problema con el permiso del ayuntamiento.


Basada en la novela homónima de Manuel Vicent (premio Alfaguara de novela 1999).
He leído por ahí muchos comentarios diciendo que la novela es magnífica y que la película no es una buena adaptación. Son opiniones, como la mía, claro, pero no les hagan demasiado caso, en primer lugar porque la novela no es nada del otro mundo, ya saben lo que pasa con los premios literarios, que muchas veces se dan pensando en vender, más que en otra cosa y este es el caso. Seguramente Alfaguara publicó aquel año unos cuantos libros más interesantes que este.


Aunque disfrazada de una especie de homenaje a los clásicos, con citas literarias de autores griegos y latinos y un remedo de la historia de Ulises, en realidad no hay nada de eso, porque el protagonista, ni es Ulises, mas que de nombre, ni se nos cuenta nada de su periplo de diez años desaparecido.
Lo único que la película refleja bastante bien, es el retrato de ese nuevo rico de la costa que se hizo de oro especulando con el terreno a pie de playa, se pinta a un personaje entre hortera, chulo y mafioso, bien interpretado por Eduard Fernández.
La que también está bastante bien es Leonor Watling y no hacía falta desnudarla, porque vestida está incluso más guapa.
La película tiene una fotografía preciosista de José Luis Alcaine, con unas cuantas tomas sobre el mar de esas que lucen mucho (amaneceres, contraluces...) y algunos planos que tratan de buscar enfoques de cierta originalidad desde ángulos poco habituales.
En ciertas escenas Bigas se recrea en la belleza de los cuerpos desnudos mediante composiciones que en cámara quedan muy estéticas y que, supongo, debieron implicar un trabajo ímprobo y peculiar (me lo estoy imaginando y no se si reírme o llorar) para sus protagonistas.
La película es de cierta calidad visual, pero deja qué desear en otros aspectos.




4 comentarios:

  1. Creo que no la he visto, pero como te digo otras veces, bien informado quedo; yo creo que todo va a gusto del consumidor.

    Salud Trecce

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  2. Eres el mejor experto que conozco en el anákisis de películas y de libros.

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    1. Si lo dices por el comentario sobre el libro de Vicent, de sobra sabes tú lo que ocurre con los premios de las grandes editoriales.

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