miércoles, 21 de junio de 2017

LA COPA DORADA

1903, el príncipe Amerigo (Jeremy Northam), hace un recorrido por el Palazzo Ugolini con su amante Charlotte Stant (Uma Thurman). No obstante la relación que mantienen y buscando mejorar su desamparo económico, el príncipe anuncia que se va a casar con Maggie (Kate Beckinsale), hija del multimillonario norteamericano Adam Verver (Nick Nolte).
Lo que no sabe el príncipe es que Charlotte es amiga de la infancia de Maggie, algo que descubre cuando la ve aparecer en Londres como invitada a la boda. Con el pretexto de le aconseje en la compra de un regalo para Maggie, el príncipe va de compras con Charlotte, que le sugiere una antigua copa de oro que al parecer tiene un defecto.
Charlotte es invitada a quedarse con los Verver, el padre de la novia, un viudo que ha acumulado una colección de arte de valor incalculable que planea exhibir en un museo que está construyendo en American City, se sentirá atraído por ella. Tres años más tarde, Charlotte se ha casado con él.
Amerigo y Charlotte reanudan su antigua relación, mientras la madrina de Maggie, Fanny Assingham (Anjelica Huston), desaprueba la forma en que los dos se muestran en público, pero se ve impotente para impedirlo. Sin embargo Maggie no es tan inocente como parece.
El guión se basa en la novela homónima de Henry James.


La película comienza con una recreación de los hechos que ocurrieron en el Palazzo Ugolini siglos atrás, cuando el entonces propietario mandó ajusticiar a su esposa y a su hijo que mantenían relaciones prohibidas. Lo hace con unas escenas meritorias, mezclando tomas directas y otras en que solo se ven las sombras, lo que acentúa el dramatismo de las imágenes, al igual que la excelente partitura de Richard Robbins.
Pero en realidad el asunto principal de la película es otro, aunque también vaya de relaciones prohibidas, las que mantienen el príncipe y la que se convertirá en madrastra de su esposa, y la reflexión que sobre este asunto hace James en su novela y traslada la película a imágenes, sobre el juego de apariencias de cierta clase de burguesía acomodada.
La principal originalidad viene del mensaje que transmite que, en contraposición con las escenas del principio, nos viene a decir que los tiempos han cambiado y hay que tener cierta condescendencia con los errores del prójimo por graves que nos puedan parecer y aunque nos puedan afectar personalmente.
Con un reparto de verdadero lujo y excelente ambientación, vestuario y fotografía, es una película de gran calidad visual y técnica que quizá no llega a enganchar del todo con espectador, pero que resulta muy agradable de ver.




2 comentarios: