viernes, 23 de junio de 2017

A.I. INTELIGENCIA ARTIFICIAL

En el mundo del futuro, en el que los efectos de los llamados gases invernadero ya se han dejado notar, inundando ciudades costeras debido al deshielo de los casquetes polares, una de las medidas tomadas para evitar la superpoblación es que las familias que deseen tener hijos deben solicitar una licencia.
La empresa Cybertronics, propiedad del profesor Allen Hobby (William Hurt), desea impulsar la tecnología robótica y crear modelos que sean capaces de amar, no estamos hablando de un amor puramente físico, sino emocional, como el que un niño siente por sus padres.
Los Swintons, tienen un hijo, Martin (Jake Thomas), que se encuentra actualmente en criostasis hasta que se pueda encontrar una cura para una enfermedad debilitante de la que se ve afectado. Su madre, Mónica (Frances O'Connor), se ha visto afectada emocionalmente por esta situación y su esposo, Henry (Sam Robards), empleado de Cybertronics, es elegido por la empresa para participar en una prueba, para ver si su familia puede dar cobijo a un nuevo prototipo creado por la empresa: David (Haley Joel Osment), es la culminación de la investigación de Hobby para fabricar un robot que sea capaz de 'amar'.
Al principio, Mónica está enojada, creyendo que su esposo está tratando de reemplazar a Martin. Sin embargo, trata de adaptarse a David. Henry también le informa que si deciden mantener a David deberán crear un nexo especial con él. Una vez establecido ese nexo mediante una clave que les proporciona la empresa, si alguna vez llega el momento en que ella decidiera no quererlo, debido a que el nexo es permanente, David tendría que ser enviado de vuelta a Cybertronics para ser destruido.


El guión se basa en el relato «los Súperjuguetes duran todo el verano» del escritor británico Brian Aldiss, publicado en 1969, y lo escribieron Kathleen Kennedy, Steven Spielberg y Bonnie Curtis.
En palabras de su propio autor: «es la historia del niño que, haga lo que haga, no consigue complacer a su madre. Esto le deja perplejo pues no se da cuenta de que es un androide, una ingeniosa máquina dotada de inteligencia artificial. Al igual que su único aliado, su osito de peluche»
La película ganó en el 2001 dos Oscar, a la mejor banda sonora y mejores efectos especiales. En el 2002 estuvo nominada al Globo de oro al mejor director, mejor actor de reparto (Jude Law) y mejor banda sonora.


Esta es la película que Stanley Kubrick quiso hacer y no pudo. El relato le había impresionado y propuso a los ejecutivos de la Warner Bros que le financiaran la compra del relato, algo que llevaron a cabo en 1982 y acto seguido, Aldiss se puso a trabajar en el guión con el brillante cineasta, sin embargo no fueron capaces de desarrollar la historia que Kubrick había iniciado como un cuento de hadas. Los años fueron pasando y el guión no llegó a concluirse. Luego, Kubrick encontró otro escollo. Consideró que los efectos especiales, que se hacían en esa época, no eran suficientes, y por lo tanto, la producción de la película era compleja.
Stanley Kubrick falleció en 1999 y nunca rodó «Inteligencia Artificial». Luego, uno de los abogados de Kubrick, impulsado por Aldiss, le mandó el proyecto a Steven Spielberg, amigo de Kubrick y con el que este había hablado en alguna ocasión de su proyecto frustrado. Además Aldiss le había enviado tres relatos más que completaban el esbozo de la película. Steven Spielberg compró los derechos de los otros relatos. Así fue como se produjo la película, que había empezado en la imaginación de Brian Aldiss.


El film, técnicamente impecable y con una espléndida banda sonora de John Williams, nos trae recuerdos de algunos otros relatos de ciencia ficción, por ejemplo es imposible no recordar Blade Runner, pero este tiene identidad propia.
Para muchos críticos y aficionados, sobra la última media hora, incluso hay quien dice que sin ella, sería una obra maestra. Yo soy más condescendiente y pienso que si un final con el protagonista congelado mientras suplica al hada azul que le convierta en humano, hubiera sido brillante, el añadido, es una especie de epílogo que no está nada mal resulto por Spielberg, con ese final no tan feliz como pueda parecer, que invita a la reflexión sobre lo que estamos haciendo los humanos con el planeta.
La interpretación de Haley Joel Osment, quizá el mejor actor infantil de los últimos años, a quien todos recordamos por el Sexto sentido, es brillante a la vez que emotiva.
Una película muy bonita, sentimental, pero a la vez aleccionadora. Un estupendo cuento moderno.




4 comentarios:

  1. Buena descripción de peli de la que no tenía ni idea.

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    1. Tal vez una de esas películas que nos anticipan lo que va a venir.

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    2. Así es la ciencia ficción.
      Cuantas cosas de las que parecían imposibles en las novelas de Julio Verne, se han ido haciendo realidad.

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