jueves, 1 de junio de 2017

NACIONAL III

Ante el cúmulo de deudas, los impuestos y lo costoso de su mantenimiento, la familia Leguineche se ve obligada a vender su palacio madrileño y el Marqués (Luis Escobar), se traslada a vivir a un apartamento, junto a su hijo Luis José (José Luis López Vázquez), sus fieles sirvientes Segundo (Luis Ciges) y Viti (Chus Lampreabe) y el padre Calvo (Agustín González).
Cuando fallece el suegro de Luis José, se encuentran con que ha dejado todos sus bienes a su hija Chus (Amparo Soler Leal), lo que provoca el consiguiente revuelo entre los Leguineche, incluído su marido Luis José.
Todos ellos van a Extremadura, donde se celebrarán los funerales y tratarán de promover la reconciliación del matrimonio de Luis José y Chus.
El reconciliado matrimonio acaba vendiendo sus propiedades y regresando a Madrid, donde comienza una auténtica odisea para sacar clandestinamente el dinero de España ante la más que previsible llegada de los socialistas al poder. Tras varios intentos fallidos, deciden hacerlo aprovechando el tren especial de peregrinos que se dirige a Lourdes en busca de la sanación milagrosa de enfermos.
Logrado su objetivo, la familia Leguineche se instala en Biarritz, pero la victoria de los socialistas en Francia, obliga a repetir la misma operación, esta vez el destino elegido será Miami.


Ambientada en los días en que se produce el golpe de estado de Tejero, su fracaso y el desasosiego que provoca en ciertos sectores de la sociedad española la inminente llegada de los socialistas al poder, Azcona y Berlanga guionizan una nueva aventura de esta peculiar familia que retrata esos momentos de la reciente historia patria y que se convierte, de algún modo, en testimonio de esa época.
Es curioso cómo, por más que nos parezca esperpéntico el relato y las situaciones que en él se muestran, la realidad, una vez más, viene a demostrar que por más delirante que parezca aquello que imaginamos, esa propia realidad nos viene a demostrar que cualquier ficción queda corta en relación a hechos realmente acontecidos. Ahí tenemos a la venerable madre superiora Ferrusola y sus biblias, por ejemplo.


Berlanga consideraba legítimo que Alfredo Matas y su productora, quisieran hacer caja con una nueva entrega de la historia de esta peculiar familia, al fin y al cabo, el cine no deja de ser una industria, por más que pivote alrededor del arte, pero ya se nota que el limón estaba exprimido y no daba mucho más de sí, de hecho, en algunos momentos, parece como si la película estuviera hecha con cierta desgana.
A pesar de todo, algunos gags y diálogos y la impagable interpretación de todos y cada uno de los actores, con Escobar y López Vázquez a la cabeza, suponen un  digno colofón a las divertidas y absurdas andanzas de los Leguineche.




4 comentarios:

  1. Yo con este tipo de películas me lo paso genial. Aunque a veces los diálogos no tengan ni "ton ni son" por eso me gustan.

    Salud Trecce

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  2. Lo de que "vienen los socialistas" no sólo se usó como argumento de cine, tal como lo explicas, porque en la realidad hubo miles de casos de personas que sacaron de España todos sus bienes. Fue la época en que los contrabandistas de diamantes se forraron porque era mucho más facil llevar en las fronteras unas bolsitas con esas piedras que gruesos fajo de billetes

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    1. De hecho, el pobre Luis José, lleva escondido, bajo la escayola que cubre su cuerpo, un buen lote de joyas.

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