miércoles, 15 de junio de 2016

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Santiago Nasar (Anthony Delon) es un joven de 21 años, hijo del árabe Ibrahim Nasar y de Plácida Linero (Lucía Bosé). Tras una noche de juerga que se había prolongado hasta pasadas las doce para festejar el matrimonio de Bayardo San Román (Rupert Everett) y Ángela Vicario (Ornella Muti), Santiago Nasar fue al puerto a recibir al obispo, que luego pasó por el río sin detenerse, bendiciendo desde el barco a quienes habían ido a esperarle.
A las siete y cinco minutos de la mañana, los gemelos Pedro y Plácido Vicario, hermanos de la novia, ya le habían degollado como a un cerdo.
Ángela Vicario, a quien hasta entonces no se había conocido ningún novio, fue obligada por su familia a casarse con Bayardo San Román, un hombre llegado a la ciudad el año anterior y al que ella apenas había visto. Bayardo era hijo de Petronio San Román, héroe de las guerras civiles del siglo anterior, y una de las glorias mayores del régimen conservador por haber puesto en fuga al coronel Aureliano Buendía.
De madrugada, apenas terminados los festejos de la boda, Bayardo devuelve a Ángela Vicario a la familia, porque al ir a consumar el matrimonio descubre que la novia no es virgen. Obligada por los suyos a confesar quién la ha deshonrado, Ángela da el nombre de Santiago Nasar, posiblemente porque no pensó que sus hermanos se atreverían contra él.
El guión adapta la novela del mismo nombre del colombiano Gabriel García Márquez, publicada en 1981 y que basa su argumento en un suceso ocurrido durante la juventud del escritor: un asesinato por motivos de honor.


27 años después de ocurrido el trágico asesinato, el doctor Cristo Bedoya (Gian Maria Volontè) (Sergi Mateu, interpreta al doctor cuando era joven), regresa al olvidado pueblo donde ocurrió, tratando de reconstruír los hechos.
En la película queda patente el machismo de una sociedad atávica y cerrada que vive en un atraso impuesto y del que, a la vez, son partícipes.
Con una estupenda fotografía de Pasqualino De Santis, tiene imágenes realmente espléndidas, como las que vemos durante el paseo en lancha de Bayardo y Ángela, con toda la exuberancia de la selva colombiana y una puesta de sol espectacular.


La ambientación está bastante conseguida y la narración de los hechos que podemos seguir en la novela de García Márquez, se respeta. Sin embargo, algo falta, a pesar de la innegable buena intención, de la calidad técnica y de un guión bastante bien construído, que firman el propio realizador, Francesco Rosi y, nada menos que Tonino Guerra. Pienso que uno de los puntos flacos son las actuaciones algo desangeladas que no logran transmitir al espectador la tensión que se vive en la obra literaria.





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