jueves, 16 de junio de 2016

LOS YAZIDIES

En tanto en occidente continuamos discutiendo si son galgos o podencos, en otras regiones del mundo, la catástrofe se cierne sobre nuestros semejantes. En Oriente Medio, cada día, miles de personas dan gracias a su dios por haber visto otro amanecer, sin saber si llegarán al siguiente.
La yazidí es una religión de origen preislámico y seguida sólo por kurdos, lo que ha llevado a pensar que esta era su religión originaria antes del proceso de islamización. Sus seguidores oscilan entre los 200.000 y los 800.000 y se ubican en el Kurdistán dividido entre Siria, Turquía, Irak e Irán, aunque también hay comunidades en Armenia, Georgia, Rusia o Alemania.
Se trata de una religión rodeada de un gran secretismo y eso dificulta el conocimiento real de su situación, no en vano practican la taqiyah (تقية), el encubrimiento de sus creencias para evitar represalias.
El nombre de “yazidis” parece ser de origen persa, vendría del término دزی, “yazata”, y significaría “ser divino” o “ángel”, lo que podría vincularlos al zoroastrismo, que justamente sigue practicándose en la ciudad de Yazd. Otra teoría basada principalmente en sus relaciones con el Islam es que el origen del término estaría vinculado al califa omeya Yazid I, justamente el asesino del nieto del profeta Hussein, lo que parece invalidar esta idea es que las fuentes musulmanas no citan en ningún caso que los omeyas fundaran una secta. Relacionada con esta idea se recoge la posibilidad de que sean seguidores de Yazid ibn Unaisa, un heterodoxo que anuncia la llegada de un profeta persa con una nueva revelación que llevaría a seguir la religión de los antiguos sabeos, para algunos ese profeta sería Adi Musafir, para otros aún está por llegar. Una tercera opción podría rastrearse en las propias lenguas kurdas y provenir del verbo “izidu” que significa “mandar” o “amonestar”.
Los seguidores de esta religión, se han visto en esto últimos años, duramente perseguidos sobre todo por el llamado Estado Islámico.
En la intersección de Hardan, al norte de la ciudad de Sinjar, seis fosas comunes son los testigos silenciosos de otras ejecuciones sumarias. En una de las fosas descansan los restos de más de 65 personas que fueron masacradas cuando estaban bloqueados en la carretera, totalmente colapsada por la cantidad de vehículos que intentaban huír de la ciudad.
Hasta 35 fosas comunes han sido localizadas en esta región, pero solo 23 de ellas han sido identificadas en las áreas liberadas del norte de Sinjar. El resto se encentran más al sur, en localidades que siguen aún en manos del EI, según datos facilitados por el grupo internacional “The Voice of Yazidis”, que está documentando las masacres. “Estas ejecuciones sumarias podrían elevarse a nivel de genocidio cuando se contabilicen todos los muertos y desaparecidos”, señala Ali Khatab, coordinador del grupo.
Su delito, no creer en su Dios; su castigo, el exterminio. Los yazidíes son considerados infieles por los radicales porque no pertenecen a ninguna de las tres religiones del Libro. “Nos llaman adoradores del diablo porque el sol es nuestro dios. Somos la religión más antigua de la humanidad”, exclama el sheij Murad con los brazos abiertos y mirando al cielo.




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