jueves, 12 de mayo de 2011

MELINDA Y MELINDA

¿Toma aire Woody con esta peli? Eso comentan algunos, yo no lo creo, creo que sigue con el mismo discurso de pelis comerciales, bastante bien hechas y todo eso que sabemos, lo que ocurre en este caso es que acierta con el desarrollo de la original propuesta. Original y arriesgada, de hecho, con las primeras secuencias, nos tememos lo peor, otro patinazo, pensaba yo, sin embargo remonta el vuelo ¡y de qué manera!
El punto de partida es la conversación que mantienen un grupo de amiguetes, de esa gente intelectual de Manhattan que tan bien sabe retratar Allen, en una cafetería, una disquisición sobre la dicotomía entre comedia y tragedia, sobre cómo una misma historia puede ser una cosa u otra dependiendo del color del cristal.
Puede parecer baladí este asunto, bueno es cierto que en el mundo hay cosas más graves que discutir del sexo de los ángeles, pero esto es cine, entretenimiento y, si de paso hay algo de filosofía de cierto nivel y resulta divertido, mejor que mejor.




Los griegos, los clásicos de los clásicos, de donde viene todo nuestro teatro en su formato de toda la vida y en sus nuevos formatos, entre los que está el cine, ya tuvieron esta reflexión e inventaron la tragicomedia, entremezclando ambos géneros.




Si reflexionamos, la mayoría de las pelis de Woody Allen son tragicomedias, pues en muchas ocasiones no dejan de ser situaciones penosas, tristes, desastrosas, en las que Allen rebaja las dosis de tragedia con píldoras de humor y eso se le da de maravilla.




Decimos que la propuesta es arriesgada, no es nada fácil conjugar dos tramas que narran la misma historia, vistas desde ángulos diferentes. Casarlo, saltarse de una historia a otra y no perderse en el intento, tiene su miga y la labor de planificación, el montaje y todas esas cosas que no se ven cuando la peli ya está enlatada, no lucen para el gran público, salvo que hayan fracasado y entonces la gente de a pie dirá aquello de "algo falla, pero no sé lo que es". En esta ocasión, lo han hecho bien.




Buen trabajo actoral, en general, pero hay que hacer mención aparte de Radha Mitchell, que interpreta a las dos Melindas y hace una interpretación muy buena.
Y Will Ferrell, en cuyo trabajo reconocemos a un alter ego de Allen, que normalmente hace payasadas y sin embargo, aquí nos demuestra que en manos de un director que le sepa llevar, es un buen actor cómico.




La peli abrió el Festival de San Sebastián de 2004 y yo creo que interesa más que sus películas inmediatamente anteriores, pues profundiza más allá de los simples divertimentos graciosos e ingeniosos.
De las dos partes que forman el todo, la comedia nos resulta más entrañable y la historia trágica es más previsible, sin embargo, el papel de Radha Mitchell, está mucho mejor en esta parte que en la cómica.
¡Qué sería de la vida sin un drama que te haga reir o una risa que te fuerce a llorar!




6 comentarios:

  1. A mí sí me gustó, tanto la comedia como la tragedia me parecieron estimables y que se sostenían, llenas de dolor a veces y de situaciones hilarantes otras, en qué pil suya decía que la comedia es tragedia más tiempo. En mi opinión un Allen mediano es mucho más que la mayoría de los encumbrados por la crítica.
    Saludos blogueros, trecce

    ResponderEliminar
  2. A mí también me gustó, José Antonio. Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Me gustó, tiene una impecable factura y mantiene una linea que no decae -algo frecuente, ami juicio,en los últimos años de Allen-, mnateniendo la tensión narrativa.
    Sorprendente Will Ferrell, un cómico histriónico que a mi no me hace ninguna gracia -otro producto de esa factoria que es el Saturday Night Live-, pero que aquí está contenido y por momentos brillante.

    ResponderEliminar
  4. Ahí tenemos la nueva peli de W Allen, este fin de semana la veré. El actor elegido no me hace mucha gracia... el lameculismo con la mujer de Nicolas tampoco. Pero...

    ResponderEliminar
  5. Vaya, Natalia, comentario desaparecido en aquellos cercanos días en que se "escachufló" Blogger y que hoy, por arte de magia, reaparece.

    ResponderEliminar