Este hombre ha hecho tanto cine que ya nada sorprende y encima a la velocidad de crucero que ha cogido, que hace películas como churros, pues tal es hacer una al año, resulta difícil que mantenga cierto nivel. Claro que eso es, en parte, porque ha hecho mucho y dentro del mucho algunas cosas buenas, incluso muy buenas y ahora ya no es así.
Que las pelis, excepto alguna de ellas, tienen una cierta calidad, es indudable, sobre todo si se las compara con los filmes que se han estrenado en sus respectivos años, pero ya no soportan la comparación con sus anteriores hermanas (con algunas, claro)
Todo esto para decir, en esa frase tan manida, que no es de las mejores películas del neoyorkino, ni mucho menos, pero se deja ver. Eso sí, nada de risas, sonrisas en todo caso, porque el humor de esta cinta, que lo tiene y mucho, carece de los efectismos y la brillantez de otras y se nos muestra de una manera más sultil, menos agresiva, podríamos decir.
Que las pelis, excepto alguna de ellas, tienen una cierta calidad, es indudable, sobre todo si se las compara con los filmes que se han estrenado en sus respectivos años, pero ya no soportan la comparación con sus anteriores hermanas (con algunas, claro)
Todo esto para decir, en esa frase tan manida, que no es de las mejores películas del neoyorkino, ni mucho menos, pero se deja ver. Eso sí, nada de risas, sonrisas en todo caso, porque el humor de esta cinta, que lo tiene y mucho, carece de los efectismos y la brillantez de otras y se nos muestra de una manera más sultil, menos agresiva, podríamos decir.
Retomando formas que ya hemos visto en algún otro de sus films, la peli tiene cierto componente coral, aunque aparentemente hay dos protagonistas, casi todos los nombres relevantes del reparto (y hay varios), tienen su momento y su cierto protagonismo. Es más, alguna de las subtramas daría para desarrollarla aún más y, de haber querido, podría haber hecho la peli más larga contando esas historias que deja en el aire.
El título de la peli nos puede confundir bastante, culpa de la traducción, pues en realidad sería algo así como "Conocerás a un extraño alto y oscuro", una frase ambigua, típica de videntes y adivinos, que lo mismo puede referirse a una persona que a la muerte, a la que evidentemente todos conoceremos. Siempre aciertan, porque eventualmente, todos podemos conocer a una persona de ese tipo, aunque no lleguemos a tener ninguna relación con ella más allá de un simple saludo.
Pero el mensaje de la peli va por ahí, que a veces la mejor medicina es la ilusión, o sea, no querer ver la realidad y quedarse con los sueños, que nos darán empuje para seguir adelante.
Es más dura de lo que aparenta, pues tras el tono cómico, se esconde la tragedia que nos narra la angustia por el paso del tiempo y la ansiedad por querer realizarse en una nueva vida.
Allen nos muestra su maestría fílmica, de nuevo, con una fotografía de la ciudad de Londres que no cae en la colección de postales que fue "Vicky Cristina Barcelona"; el juego de planos maravilloso cada vez que nos muestra escenas en el piso de los protagonistas, los encuentros desde las ventanas respectivas con su vecina de enfrente o cuando ve a su mujer desde el piso de la otra; los fuera de plano; el impacto de los planos secuencia; las dotes como narrador, como guionista, con algunos diálogos marca de la casa; su sabia dirección de actores...
Bien es cierto que algunas escenas y la propia peli, están como cerradas a medias o de manera precipitada, que hay reacciones poco creibles y un tanto arbitrarias, pero el film tiene algunos giros nada desdeñables.
Una comedia dramática no tan fácil como puede parecer, con una amarga reflexión sobre la dificultad de enfrentarse al día a día, con unos personajes que nos resultan entrañables por el cariño con que los trata el realizador a pesar de lo patéticos que son.
Muy floja,querido Trecce, con un reparto magnífico absolutamente desaprovechado en aras de una historia futil,vanal y carente del más mínimo interés para el espectador,salvo,claro está, los fans de Allen.
ResponderEliminarEs una lástima ver a un monstruo como Anthony Hopkins pasar sin pena ni gloria.
A mí con Hopkins, me pasa como como Allen, salvando todas las distancias que quieras. Unas veces bien y otras pse, pse.
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