Esta es de aquellas pelis que se calificaban "para todos los públicos" y que siendo benévolos y sin entrar en mayores detalles, podríamos definir como simpática. Venga mamporros y tiros, eso sí, a los buenos no les dan ni por equivocación.
Mr. Eastwood nos demuestra que, llegado el caso, vale lo mismo para un roto que para un descosido y Burt Reynolds estaba en un gran momento de su carrera.
Yo, sin embargo, me quedo con otras cosas. Por una parte, la estética de la época de la Ley Seca, además de la magnífica iluminación que le da a la película una calidez que tampoco es que esté pidiendo, aunque sí es cierto que le quita un dramatismo que no pretende tener y esas maravillosas calles de decorado, tan reales y que solamente en los grandes estudios de Hollywood pueden y saben hacer con tanto detalle: adoquines, remates de las fachadas, bocas de riego...
Por otro lado, la banda sonora, bastante decente y con una Irene Cara que en el film tiene un papel secundario, pero que canta de maravilla.
Así que, comedia para pasar el rato y no comerse mucho el coco.
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