Un autobús escolar se despeña montaña abajo y se hunde en un lago helado. En el accidente mueren casi todos los niños del pueblo. El abogado Mitchell Stevens (Ian Holm) se entrevista con los padres, reabre sus heridas del pasado y les propone llevar el caso a los tribunales.
El guión adapta la novela The Sweet Hereafter, del norteamericano Russell Banks, inspirada, a su vez, en el accidente de un autobús escolar en Alton, Texas, en 1989.
La película discurre a través de de una narración no lineal que creo que le viene muy bien, haciéndola más interesante y bastante lograda gracias a un guión acertado y a una gran labor de montaje.
Atom Egoyan construye un relato que trata de huír de lo lacrimógeno, aunque tiene alguna escena en que la sensación de dolor se hace presente, sobre todo a través de los recuerdos. De cualquier modo, la historia transcurre sin hacer especial hincapié en la crudeza de la situación y sí en las repercusiones que una tragedia de tal magnitud tiene sobre algunos de los personajes a través de las visitas del abogado que hurga en la herida tratando de despertar la ira de los damnificados y sacar provecho de ello, enmascarándola bajo una apariencia de justicia necesaria contra una situación que hace ver se pudo haber evitado.
A partir de aquí, las interpretaciones que ofrece el film son múltiples, desde la avaricia de alguna de las familias, hasta la necesidad de buscar algún culpable, pasando por quienes consideran que aquello fue un desgraciado accidente y que deben dejarse las cosas como están y, a base de solidaridad y apoyarse unos en otros, ir curando las heridas en lo posible.
Durante buena parte del film se establece un paralelismo entre la tragedia que ha sufrido el pueblo y el clásico de los Hermanos Grimm "El flautista de Hamelin", que abre aún más el abanico de interpretaciones.
Un film de esos que te llevan a reflexionar, plagado de emociones contenidas, con algunos planos de gran calidad estética y una historia que tiene varias vertientes, en la que toman cuerpo las situaciones vitales particulares de algunos de los personajes, contada de un modo que mezcla el realismo y el tono poético.
Hola Trecce!
ResponderEliminarNo he podido evitar acordarme de un accidente similar ocurrido en 1979 en España que fue bautizada como "la tragedia del rio Órbigo", las circunstancias fueron similares. Desconocía esta película, tomo nota.
Saludos!
Allí estuve yo, contemplando el desastre y el dolor de las familias. Muchos años después, sujetas al quitamiedos de la fatídica curva, al principio del puente sobre el Órbigo a la entrada de Santa Cristina de la Polvorosa, aún ponían flores en recuerdo.
EliminarA mí, en cambio, me tocó de cerca el accidente de Golmayo (Soria), en julio del año 2000.
ResponderEliminarOtra tragedia.
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